París es víctima de una nueva plaga de ratas

Según una de las grandes empresas contratadas por la alcaldía para combatir la plaga, en París intramuros se calcula que hay, muy aproximadamente, 1,75 ratas por habitante. Notre-Dame, en obras, y la iglesia de Saint-Germain-des-Prés, monumentos emblemáticos, no se salvan de la plaga.

En los alrededores de la catedral de Notre-Dame, en el corazón histórico de la capital, los trabajos de restauración complican la desratización, multiplicando las críticas en los alrededores.

En otros lugares altamente simbólicos, como Montmartre o el barrio de la iglesia de Saint-Germain-des-Prés, el comportamiento de los turistas tampoco facilita la lucha contra las ratas. Las cajitas de comida rápida abandonadas, las «necesidades urgentes» poco escrupulosas, los contenedores de basuras mal cerrados, tienen un atractivo excepcional para las ratas.

Los trabajos relacionados con los Juegos Olímpicos (JO) del verano que viene han cortado calles y avenidas, han aumentado de manera espectacular el número de contenedores callejeros, incrementando los focos de «atractivo» y multiplicación de las ratas, que también se benefician de la «solidaridad» de grupúsculos ecologistas.

Desde hace meses, la asociación Paris Animaux Zoopolis (PAZ) milita activamente en defensa de los roedores, lanzando un llamamiento a la «cohabitación» con las ratas, por estas razones: «Matar a las ratas no es la solución», «los métodos actuales son crueles e ineficaces», «las ratas no son un problema de sanidad pública».

La alcaldía ha relanzado un programa excepcional de desratización, que no tuvo el éxito esperado hace dos años. Pero la alcaldía de la capital y las alcaldías de sus veinte distritos no siempre comparten las mismas tácticas de lucha contra el problema, acusándose mutuamente de palmaria ineficacia global.

Algunas alcaldías de distrito proponen «implicar» a los ciudadanos en la lucha contra la epidemia, pidiendo que denuncien con más frecuencia los comportamientos irresponsables de vecinos y turistas.

La alcaldía de la capital, por su parte, propone cinco líneas de acción: «Limitar el acceso a las basuras», «refuerzo de la limpieza», «limitación de la circulación en subterráneos urbanos», «limpieza más enérgica de lugares propicios a la multiplicación de las ratas», «sanciones más severas de las personas que tiran restos de comida por las calles». Buenos propósitos que no siempre consiguen sus objetivos, a la luz del crecimiento incontrolado de la epidemia.