El Papa vuelve a recibir visitas y bromea sobre su «prolongada hospitalización» en un mensaje en el ángelus

Ambos eclesiásticos estuvieron ya en el Policlínico Gemelli el domingo pasado, pero entonces no aclararon si se trataba de una visita de cortesía o de un encuentro relacionado con cuestiones de gobierno.

El Papa durmió bien esta noche, gracias al uso de máscara, «ventilación mecánica no invasiva», que le ayuda a evitar crisis respiratorias durante el sueño. Nada más despertarse la fue sustituida por las cánulas nasales de alto flujo. A continuación, prosiguió la terapia farmacológica y los ejercicios de fisioterapia respiratoria y motora.

También por la mañana participó en la Misa en la capilla y por la tarde siguió en directo por televisión el inicio de los «ejercicios espirituales» de la Curia vaticana.

Los médicos confirmaron que no era necesario hacer un nuevo parte médico, pues las condiciones no habían cambiado respecto a las del sábado.

Aunque esta vez no se escuchó la voz de Francisco, el Pontífice distribuyó una breve reflexión espiritual en lugar de su tradicional ángelus semanal de los domingos, en la que agradecía la cercanía de la gente, bromeaba sobre su «prolongada hospitalización» y decía que le preocupa lo que está pasando en Siria.

En el mensaje confesaba que estos días está pensando «en las muchas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia de Dios» y reconocía que como paciente necesita ese «milagro de la ternura», «que acompaña a quien está pasando un momento difícil, y lleva un poco de luz en la noche del dolor».

«En mi prolongada hospitalización, también yo experimento el esmero en el servicio y la ternura en el cuidado, especialmente por parte de los médicos y de los operadores sanitarios, a quienes doy las gracias de corazón», subrayó.

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También informó de que está rezando por la paz, y repasó la lista de conflictos actuales. «Sigamos invocando juntos el don de la paz, especialmente en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, el Líbano, Myanmar, Sudán y en la República Democrática del Congo», invitó. Además dijo que le preocupaba «que la violencia ha resurgido en algunas zonas de Siria». «Espero que cese definitivamente, en el pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles», solicitó.

También se dirigió a quienes han viajado a Roma para el Jubileo del voluntariado, y les daba la enhorabuena pues «en nuestras sociedades, demasiado supeditadas a la lógica del mercado, en las que todo corre el riesgo de quedar sujeto al criterio del interés y a la búsqueda del beneficio, los voluntarios son profecía y signo de esperanza, ya que testimonian el primado de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados».

«Gracias a todos los que se comprometen en este campo: ¡gracias por ofrecer vuestro tiempo y vuestras capacidades! ¡Gracias por la cercanía y la ternura con las que cuidáis de los demás, despertando en ellos la esperanza!», les aseguró. También se despidió dando las gracias «a cuantos me están mostrando su cercanía con la oración: ¡Gracias de corazón a todos! Yo también rezo por vosotros».