El Papa reza el Ángelus desde su residencia y reivindica que «ningún niño es un error»

«Siento no estar con vosotros en la plaza, pero estoy mejorando», ha tranquilizado nada más comenzar. Luego, ha tenido un pequeño lapsus. «Se deben tomar preocupacio…, precauciones», ha explicado. Lo cierto es que él no parecía muy preocupado porque este domingo se ha reunido sin problemas con más de un centenar de niños que son asistidos en un centro dentro de los muros del Vaticano.

En cualquier caso, la precaución es justa pues el Papa tiene previsto inaugurar el martes el Jubileo 2025 con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro y celebrar a continuación la misa de Navidad. El día 25 deberá asomarse al balcón central de la plaza vaticana para el mensaje «Urbi et orbi», y el 26 irá a la cárcel romana de Regina Coeli para abrir otra «puerta santa».

«Debido al intenso frío, unido a los síntomas de resfriado que se han manifestado en los últimos días, mañana domingo 22 de diciembre, el Papa Francisco dirigirá el rezo del Ángelus en la capilla de Casa Santa Marta, también con vistas a los compromisos de la próxima semana», avisó el portavoz del Vaticano a última hora del sábado.

El viernes, Francisco pronunció con voz ronca los dos discursos que tenía previstos, y en uno añadió esta explicación: «Perdonad, estoy muy resfriado». Este sábado no interrumpió su agenda y mantuvo los dos discursos que tenía previstos.

Este domingo, el Papa ha pronunciado el Ángelus con voz clara pero levemente tomada, y ha tosido sólo un par de veces. Las imágenes se han transmitido en directo en las pantallas gigantes de la plaza de San Pedro. Su breve homilía ha sido un canto al «don extraordinario de la maternidad», al «don de transmitir la vida».

«No mostremos indiferencia ante la presencia de una mujer embarazada, aprendamos a asombrarnos de su belleza, de la belleza de la mujer embarazada. Alabemos a Dios por el milagro de la vida. Acordémonos de manifestar alegría cada vez que vemos a una madre que lleva en brazos o en su seno al niño», ha propuesto.

Francisco ha solicitado «que sea bendecida cada maternidad y que en cada madre del mundo sea agradecido y exaltado el nombre de Dios que confía a las personas el don de la vida». Y a continuación ha reivindicado que «ningún niño es un error».

También ha solicitado a los católicos que se pregunten si cada uno «apoya y defiende el valor sagrado de la vida de los pequeños, desde su concepción en el seno materno». Y ha pedido a los niños «por favor» que «no se olviden de los abuelos». «Que ningún abuelo se quede solo en estas Navidades», les ha solicitado.

Antes de despedirse, ha propuesto a los católicos que recen «para que en Navidad cese el fuego en todos los frentes de guerra». «Que se callen las armas y resuenen los cantos natalicios, en Tierra Santa, Ucrania, Medio Oriente, y en todo el mundo».

En su habitual repaso por los dramas de la actualidad, ha asegurado que «con dolor pienso en Gaza, en tanta crueldad, en los niños ametrallados, los bombardeos de escuelas y hospitales. ¡Cuánta crueldad!». También ha mencionado a Ucrania, «que continúa a ser golpeada con ataques contra ciudades que a veces afectan a hospitales, escuelas e iglesias».

Francisco ha mencionado también la situación en Mozambique, donde la oposición ha denunciado fraude electoral en las presidenciales del pasado 9 de octubre, y las protestas han derivado en enfrentamientos que han costado la vida a unas 100 personas. «Renuevo a este pueblo mi mensaje de esperanza, de paz y de reconciliación y rezo para que el diálogo y la búsqueda del bien común sostenidos por la fe y la buena voluntad prevalezcan sobre la desconfianza y la discordia», ha dicho el Papa.