El Papa reclama a los líderes religiosos que les confíen a las mujeres «roles y responsabilidades mayores»
Francisco avisa a los líderes mundiales: «Vuestro nombre será grande en la historia sólo si servís a la paz»
El su último discurso del viaje alerta de que «cualquier conflicto militar o tensión desencadenará un 'efecto dominó' y comprometerá las relaciones internacionales»
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Iniciar sesiónDesde este país, tan extenso como toda Europa occidental y con frontera con la Federación Rusa y China, el Papa Francisco ha pedido a los líderes mundiales que trabajen a «favor de la paz y no a favor de las armas» y les ha ... asegurado que «el nombre de ustedes será grande en la historia sólo sirviendo a la paz». Durante la clausura del ambicioso congreso de líderes de religiones mundiales y tradicionales organizado por el gobierno kazajo el Papa ha tenido su último discurso del viaje y ha denunciado la persecución religiosa y ha solicitado a las 100 delegaciones que trabajen por la paz, la mujer y los jóvenes.
El Papa ha entrado en el salón central del Palacio de la Independencia, donde se celebra el encuentro, en silla de ruedas y acompañado por el presidente, Kasim-Yomart Tokáyev. A su llegada se han escuchado algunos aplausos, y muchos participantes se han puesto en pie como gesto de respeto, entre ellos el metropolita Antonij, enviado del patriarca ortodoxo ruso.
Francisco ha comentado algunas conclusiones del documento final del congreso, que se convertirá en un texto de la ONU, y que aunque no ha sido aprobado por unanimidad, solicita a los líderes mundiales que detengan los conflictos y abandonen retóricas agresivas y destructivas. Por su parte, sin mencionar ni la invasión de Ucrania ni ninguna otra crisis mundial concreta, el Papa ha alertado de que «hoy, cualquier conflicto militar o foco de tensión y de enfrentamiento, desencadenará un nefasto 'efecto dominó' y comprometerá seriamente el sistema de relaciones internacionales».
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El Papa lanza desde Kazajistán una llamada a destensar las relaciones internacionales
Javier Martínez-Brocal
Para evitarlo, está intentando sumar a esta causa al mayor número posible de líderes religiosos, incluida la delegación de la Iglesia ortodoxa rusa. «Quienes creemos en el Creador de todas las personas, debemos estar en primera fila para irradiar una convivencia pacífica, debemos dar testimonio de la paz, predicarla, implorarla», ha insistido el Pontífice.
Con voz fuerte, ha descrito la situación de la sociedad actual: «Hay demasiado odio y divisiones, demasiada falta de diálogo y de comprensión del otro; esto, en el mundo globalizado, resulta aún más peligroso y escandaloso. No podemos salir adelante conectados y separados, vinculados y desgarrados por tanta desigualdad».
Perseguidos por creer en Dios
Por otro lado, el Papa ha reivindicado «el aporte positivo de las tradiciones religiosas al diálogo y a la concordia entre los pueblos», y ha invitado a cultivar un «vínculo sano entre política y trascendencia, que conserve los ámbitos diferenciados, no confundidos entre sí ni separados». Ha dicho que en este ámbito, ni la religión puede «caer en la tentación de transformarse en poder, pues el «más allá» divino quedaría atrapado en el hoy terreno, el amor al prójimo en elecciones partidistas», «ni tampoco las más altas aspiraciones humanas pueden ser excluidas de la vida pública y relegadas al mero ámbito privado».
«Que quien desee expresar de manera legítima su propio credo, sea amparado siempre y en todo lugar», ha reivindicado. «¡Cuántas personas, en cambio, aún hoy son perseguidas y discriminadas por su fe!», ha lamentado.
Luego ha recordado que una de las conclusiones del congreso es solicitar «con firmeza a los gobiernos y a las organizaciones internacionales competentes que apoyen a los grupos religiosos y a las comunidades étnicas que sufren violaciones a sus derechos humanos y a sus libertades fundamentales, y violencia por parte de extremistas y terroristas, y también como consecuencia de guerras y conflictos militares», una mención indirecta quizá a la situación de los uigures en China.
Sobre la mujer, el Papa ha apreciado que la declaración final de los líderes religiosos apoye «la necesidad de proteger su dignidad, y de mejorar su estatus social como miembro de la familia y de la sociedad con los mismos derechos». Por su parte, ha solicitado que las religiones les confíen «roles y responsabilidades mayores». «¡Cuántas opciones que conllevan muerte se evitarían, si las mujeres estuvieran en el centro de las decisiones! Comprometámonos para que sean más respetadas, reconocidas e incluidas», ha añadido.
Ha pedido también a los líderes religiosos que trabajen para que ningún joven crezca sin formación educativa, pues «refuerza la acogida recíproca y la convivencia respetuosa entre las religiones y las culturas. Pongamos en las manos de los jóvenes oportunidades de instrucción, no armas de destrucción». También ha solicitado que «el respeto mutuo y la comprensión deben ser considerados esenciales e imprescindibles en la enseñanza religiosa».
El presidente Tokáyev, que le escuchaba y le ha acompañado en todo momento, le ha agradecido su presencia, pues ha aumentado tanto la repercusión como el valor del congreso; y curiosamente ha convocado el próximo para 2025 «en la capital de Kazajistán», sin mencionar su nombre, pues esta semana ha asegurado que probablemente Nursultán volverá a llamarse Astana.
Obispo español en Kazajistán
También esta mañana el Papa ha visitado la catedral de Nursultán, un pequeño templo construido tras la independencia del país. Tiene el mismo título del icono que durante décadas de totalitarismo soviético los católicos escondieron y que dio nombre a la primera capilla que pudieron construir, en 1979, la Virgen del Perpetuo Socorro. Allí Francisco ha bendecido un nuevo bellísimo lienzo de la Virgen María que a partir de ahora se guardará en este templo, con la advocación de «Nuestra de Señora de la Estepa».
Lo ha saludado en nombre de los católicos el español José Luis Mumbiela, obispo de Almaty y presidente de la Conferencia Episcopal de Asia Central. «Rezamos por su salud, Santo Padre. Y le pedimos que no apague su sonrisa», le ha solicitado en ruso con acento aragonés.
Minutos antes, el Papa se había conmovido al entrar en este templo, pues en la puerta le esperaba una familia de músicos muy numerosa. Además del padre y la madre, estaban sus tres hijos naturales y otros 18 niños y jóvenes que viven con ellos, muchos de ellos adoptados. Juntos, y vestidos con coloridos trajes folclóricos, han interpretado una bellísima melodía de la estepa que el séquito papal no se esperaba.
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