El Papa pone la gestión de las finanzas del Vaticano en manos de dos españoles

Estévez gestionaba hasta ahora el patrimonio del Dicasterio para la Evangelización como «delegado para la administración». Tiene 49 años, nació en Vigo y tiene un máster en 'Management' del Massachusetts Institute of Technology. Técnicamente es «secretario general de la secretaría para la Economía». Antes de fichar por el Vaticano era director general de asuntos económicos de la Universidad Pontificia de Comillas. Trabajará junto al prefecto, también laico, el extremeño MaximinoCaballero, de 64 años.

Noticia Relacionada

El cardenal Gérald Lacroix niega acusaciones de abusos aunque se auto suspende de todos sus cargos

Javier Martínez-Brocal

El arzobispo de Quebec pertenece al consejo de nueve cardenales que asesora al Papa en el gobierno de la Iglesia

La secretaría para la Economía es un superdepartamento de la Santa Sede que el Papa Francisco estableció en 2014 como uno de los primeros pasos de su reforma cultural y administrativa del Vaticano. Según su propia descripción, «ejerce el control y la supervisión en materia administrativa, económica y financiera sobre las instituciones curiales, oficinas e instituciones relacionadas con la Santa Sede o que se refieren a ella, así como sobre el Óbolo de San Pedro y sobre los demás Fondos Papales».

En la práctica, tiene voz decisiva en las finanzas del Vaticano, y se ocupa de muchos aspectos que van desde aprobar los balances hasta autorizar la contratación de nuevo personal. En la constelación vaticana, este departamento goza de gran autonomía y de mucha capacidad de decisión, lo que provoca suspicacias por parte de la mayoría de departamentos, que han visto recortado su poder de decisión y no agradecen que ejerza sus funciones como «organismo de control». Por eso, deberá armarse de paciencia.

Benjamín Estévez no lo va a tener fácil tampoco porque son tiempos de «vacas flacas» en las arcas del Vaticano y la mayoría de las decisiones que la secretaría ha tomado en los últimos meses son impopulares. Por ejemplo, el año pasado estableció que los altos cargos del Vaticano deberán pagar al menos una parte del alquiler de las viviendas que les proporciona la Santa Sede. También, han dotado de mayor transparencia los procesos de selección de personal, han lanzado una página web en la que publican las ofertas de trabajo en la Santa Sede y en los organismos del Vaticano, de modo que quien lo desee pueda enviar su candidatura.

Estévez trabajará junto a Maximino Caballero para consolidar los desafíos que éste encontró sobre la mesa cuando hace poco más de un año tomó posesión del departamento: la «centralización de inversiones, mayor regulación y simplificación de los procesos de contratación, para hacerlos más transparentes y ágiles; la puesta en marcha de la Dirección de Recursos Humanos; la planificación de un mayor uso de los procedimientos informatizados».

El equipo se está moviendo intentando pisar los menos callos posibles, pero con el apoyo del Papa y del Consejo para la Economía de la Santa Sede, quienes saben que no hay muchas alternativas a los recortes, dada la debilidad de las cuentas.