El Papa pide la paz en Ucrania cuando se cumplen seis meses de la invasión rusa
Durante la audiencia general de este miércoles, el Papa también ha denunciado el negocio de la venta de armas y ha pedido medidas para evitar una catástrofe nuclear
Audiencia general semanal del Papa Francisco, este miércoles
Se cumplen seis meses de la invasión de las tropas rusas en Ucrania y el odio se ha instalado definitivamente en las calles. En muchas zonas del país cada vez son más frecuentes los disparos y las explosiones y menos, las escenas serenas de ... la vida cotidiana. Desde que arrancó el conflicto, el Papa ha aprovechado cualquier intervención pública para denunciar la barbarie y el sinsentido de la guerra. Este miércoles, durante la audiencia general, ha vuelto a pedir la paz y se ha acordado de todas las víctimas. También de la joven Daria Dugina, hija del ideólogo ultranacionalista Alexánder Dugin, que falleció el domingo en un atentado con coche bomba a las afueras de Moscú. «Pienso en la pobre chica que voló por los aires por una bomba en los bajos de su coche en Moscú», ha exclamado. Además, ha reconocido que son «los inocentes» los que «pagan las guerras». «Tantos muertos, pues, tantos refugiados, hay tantos aquí…», ha lamentado.
«Muchos niños ucranianos y rusos heridos se han quedado huérfanos. La orfandad no tiene nacionalidad, han perdido a su padre o a su madre. Que sean rusos, que sean ucranianos. Pienso en tanta crueldad para tantos inocentes que están pagando la locura, la locura de todos los bandos, porque la guerra es una locura. Y nadie que esté en guerra puede decir que no, que no estoy loco. La locura de la guerra…», ha exclamado el Papa.
De otro lado, también ha denunciado el negocio de la venta de material armamentístico: «los que se benefician del comercio de armas son criminales que matan a la humanidad». Un grito de paz que choca de pleno con las cifras estratosféricas que giran alrededor de la compra-venta de armas. Al pontífice también le preocupa la situación de tensión en central nuclear de Zaporiyia, una de las más grandes de Europa, donde cientos de personas llevan meses atrincheradas y que tiene en vilo a Europa.
Con semblante serio ha pedido que se tomen medidas para «evitar el riesgo de una catástrofe nuclear». Además, el Papa ha asegurado que lleva en su corazón a los presos, «especialmente a los que están en condiciones frágiles», y ha instado a las autoridades responsables que trabajen por su liberación.
Por último, el Papa ha hecho un repaso de la desolación que deja tras de sí la maquinaria bélica en países como Siria o Yemen, «donde tantos niños pasan hambre» o en Myanmar, de donde «los rohinyá han sido injustamente expulsado» condenándoles a «dar vueltas por el mundo».
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