El Papa ha pasado una noche tranquila y continúa descansando tras salir de la situación crítica

Sin embargo, los médicos aún no hablan de darle de alta y el Papa Francisco ha nombrado un delegado para la misa del miércoles de ceniza la semana próxima que, naturalmente, no podrán celebrar. La presidirá el cardenal Angelo De Donatis, que tiene el cargo de Penitenciario Mayor.

La agenda del Papa contenía entre sus citas la misa del miércoles de ceniza en la basílica de Santa Sabina, en el monte Aventino de Roma. Como es tradicional, la ceremonia comenzará en la iglesia de San Anselmo desde donde partirá una procesión por una cuesta en subida hacia Santa Sabina. La idea es evocar el itinerario cristiano de la Cuaresma.

Según el parte médico de anoche, el Papa habría pasado de la «situación clínica crítica» a la «compleja», después de cuatro días de leves mejoras. La principal novedad es que ha pasado de recibir oxígeno con cánulas a hacerlo con mascarilla y que realiza fisioterapia respiratoria tanto por la mañana como por la parte.

Con prudencia, los médicos prefieren mantener el pronóstico reservado pues, explican, «dada la complejidad del cuadro clínico, se necesitan más días de estabilidad clínica para poder hacerlo». Esta situación se prolonga desde el domingo.

Este jueves, Francisco abandonó unos minutos la habitación que ocupa en el décimo piso del Gemelli para rezar en la capilla del apartamento medicalizado. También dedicó un tiempo a cuestiones de gobierno. Dicen que el Papa tiene «buen ánimo y está «informado de lo que sucede», sobre todo de «las oraciones organizadas por los fieles por él y por los enfermos».

En los próximos días, quizá hoy, se espera que los doctores que lo están tratando convoquen una nueva rueda de prensa para dar detalles de la evolución.