El Papa nombra a José Cobo como nuevo arzobispo de Madrid

Cobo era hasta ahora obispo auxiliar de Madrid. Una apuesta personal del propio cardenal Osoro, que le hizo, primero, vicario episcopal en 2015 y dos años más tarde, insistió ante la Santa Sede para que fuera nombrado obispo. Una estrecha relación que, sin embargo, no pasa ahora por su mejor momento, al sentir Osoro traicionada la confianza por quien fuera su más directo colaborador, precisamente cuando su candidatura comenzó a cobrar posibilidades reales para la sucesión.

Y es que el relevo en el arzobispado de Madrid -la diócesis más importante de España, en cuanto a fieles, sacerdotes, vida religiosa y presupuesto- ha supuesto una dura batalla que sólo se ha resuelto tras una decisión personal del Papa Francisco, y que ha dejado bastantes heridas.

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José Ramón Navarro-Pareja

Nació en Sabiote (Jaén) el 20 de septiembre de 1965. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1988, entró en el seminario de Madrid ese mismo año

Del proceso, sale herido el propio Vaticano, que ha visto como las acusaciones de la ruptura del secreto pontificio -que debía haber preservado el anuncio hasta este lunes- se ha utilizado como arma arrojadiza entre todas las partes. Pierde Osoro, decepcionado con Francisco por incumplir su promesa de mantenerlo en el cargo hasta los 80 años y que tendrá que vivir su retiro en la diócesis con sucesor no deseado, junto a un antecesor con quien ha vivido momentos tensos. Madrid cuenta a partir de hoy con tres arzobispos, dos eméritos y un titular.

Pero el proceso también ha hecho mella en la figura de Cobo, que llega al arzobispado como la gran apuesta del Papa Francisco, y con su único aval, sin que su currículum, experiencia o personalidad hayan parecido influir en la decisión.

Y fuera de Madrid también pierden quienes se han visto implicados, queriendo o no, en la larga carrera hacia esta sucesión. El nuncio, que ha visto como sus esfuerzos por entregar al Dicasterio para la Obispos varias ternas, apenas han servido, tras la decisión del Papa. O el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, que tampoco logra situar en una sede tan importante como la de Madrid a un candidato de su confianza.

Ahora, resuelta la incógnita y superado el largo proceso de sucesión, a José Cobo le corresponde recomponer la situación y comenzar su labor al frente de la diócesis. Así, con motivo de su nombramiento, monseñor José Cobo ha dirigido una carta a sus nuevos diocesanos en la que afirma recibir «con vértigo y sobrecogido» el nuevo ministerio y pide «que nos apoyemos en la grandeza de la fe que hemos recibido». También ha dicho sentirse «agradecido» por los pastores que le han precedido en el ministerio y mira al futuro «con confianza, apoyado en vosotros [los sacerdotes, diáconos, la vida religiosa y el laicado] y en el colegio apostólico».

Además, ha expresado su preocupación por los problemas que hoy viven los cristianos y todos los vecinos de la diócesis y lo hace con la convicción de que «la Iglesia de Madrid está llamada a confrontarse con el mensaje evangélico», tratando de hacer frente a todos estos retos: «Los más pobres y vulnerables nos apremian desde el mismo Jesucristo».

Hecho público el nombramiento, comienza ahora un periodo de transición que será breve. El próximo sábado 24 de junio, el ya arzobispo emérito de Madrid se despedirá de la diócesis con la celebración de una eucaristía de acción de gracias en la catedral de la Almudena. Quince días después, el 8 de julio, José Cobo tomará posesión de la sede en el mismo templo.

Sin apenas transición, Cobo tomará las riendas de la diócesis para hacer los últimos ajustes antes del verano y comenzar en firme el próximo curso pastoral. Su amplio conocimiento de la diócesis, de la que es sacerdote desde 1994 y obispo auxiliar desde 2017, ha sido uno de los principales activos que el Papa ha barajado para su elección.

Con 57 años, Cobo afronta, si la Providencia lo permite, un largo pontificado, al estilo del que tuvo el cardenal Rouco, al frente de la diócesis de 1991 a 2014. Nacido el 20 de septiembre de 1965 en Sabiote (Jaen), se trasladó siendo joven a Madrid con su familia por motivos laborales. Ya en Madrid le licenció en Derecho por la Universidad Complutense en 1988, el mismo año en que ingresó en el seminario.

Fue ordenado sacerdote en 1994 por el propio Rouco, y con él como pastor, desarrolló su ministerio pastoral, aunque sus acentos eclesiales han sido muy diferentes.