El Papa lamenta que la Iglesia de EE.UU. sea «reaccionaria»: «Algunos pontífices toleraron la esclavitud, hoy es distinto»

Noticia Relacionada

El Papa se despide de los jóvenes en Portugal: «No tengáis miedo»

Javier Martínez-Brocal

Un millón y medio de peregrinos arropan al Pontífice en el acto final de la JMJ de Lisboa

Durante su encuentro con jesuitas en el colegio lisbonés de São João de Brito, el Papa sostuvo que la doctrina de la Iglesia católica se fortalece y profundiza continuamente e incluye modificaciones que no se derivan de las ideologías sino de una mayor caridad hacia el prójimo.

«Hoy es pecado poseer bombas atómicas, la pena de muerte es pecado y no se puede practicar, pero antes no era así». Francisco explicó que a lo largo de los siglos los Papas han cambiado de opinión incluso sobre temas como la esclavitud, «que algunos pontífices antes de mí toleraron, pero hoy las cosas son diferentes». Y propuso como guía para implementar cualquier medida novedosa en la Iglesia «mirar siempre a lo alto» y seguir tres criterios en latín: ut annis consolidetur (se consolidará con los años), dilatetur tempore (se ampliará en el tiempo) y sublimetur aetate (se exaltará en la edad). «En este camino se parte de una raíz con una savia que sube y sube, por eso son necesarios los cambios», añadió.

El Papa Francisco elogió además dos ejemplos: el de un sacerdote que trabaja en Roma con personas homosexuales y el de sor Geneviève, una hermana francesa de Charles de Foucauld implicada en la Pastoral del Circo que vive en una cara vana y lleva a menudo a personas transexuales a encontrarse con el Papa. «Una de ellas me dijo: “No pensaba que el Papa pudiera recibirme”», confesó Francisco. Añadió que, tras la primera reunión, han desarrollado el hábito de visitarlo. «A veces me escriben y los respondo por correo electrónico. ¡Todos están invitados! Me he dado cuenta de que algunas de estas personas se sentían rechazadas y es realmente duro».

El Papa insistió a los jesuitas portugueses dialogar con el mundo «porque no podemos vivir en escabeche». Y les pidió no ser «religiosos introvertidos que sonríen hacia dentro, hablan hacia dentro y protegen su entorno sin convocar a nadie más». Consideró que salir al encuentro de los demás les pondría en contacto con los «valores y antivalores» del mundo actual. Entre ellos la excesiva erotización de la imagen y el riesgo de la pornografía, para la cual les ofreció un remedio.

Francisco recordó un discurso que dio un año pasado en el que preguntaba a los sacerdotes si poseían o veían pornografía a través de sus teléfonos. «Unos días después me contaron que un sacerdote comentó “se ve que ha pasado horas confesando”». El Papa les animó a abordar sus problemas sin miedo, hablar abiertamente de ellos con sus superiores y confesores sin vergüenza y buscarles una solución. «Hoy, gracias a Dios, la puerta está desatrancada. Si tú escondes tus problemas es porque decides hacerlo así, pero no es culpa de la sociedad y mucho menos de tu comunidad religiosa».

En su encuentro con jesuitas, el Papa respondió también las preguntas de un sacerdote que le contó preocupado que, durante una estancia en Estados Unidos, vio a muchos sacerdotes y obispos criticarlo abiertamente. «Hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, con una gran estructura de pertenencia, también afectiva», diagnosticó Francisco. Utilizó uno de los términos típicos de su pontificado, el «indietrismo», con el que define a quienes quieren caminar hacia atrás para volver al pasado. «A estas personas quiero decirles que es inútil y que es necesario entender que hay una correcta evolución de las cuestiones morales y de fe».

«Cuando vas hacia atrás, generas algo cerrado, desconectado de las raíces de la Iglesia, y pierdes la savia de la Revelación», opinó el Papa Francisco, quien advirtió de que estas tendencias llevan a las personas a «asumir criterios para cambiar las cosas diferentes a los que nos pide la propia fe para que crezcamos» y que generan «efectos morales devastadores».

Finalmente Francisco lamentó que en ciertos ambientes de los Estados Unidos «la ideología ha suplantado a la fe y la pertenencia a un sector de la Iglesia ha sustituido la pertenencia a la propia Iglesia». Concluyó señalando que, «cuando en la vida abandonamos la doctrina para remplazarla por una ideología, hemos perdido como en la guerra».