El Papa confirma el acuerdo secreto con China que había suscitado polémicas durante el cónclave

«Hoy, miércoles 11 de junio de 2025, ha tenido lugar el reconocimiento a efectos civiles y la toma de posesión del Oficio de Mons. Joseph Lin Yuntuan, a quien el Santo Padre, en el marco del diálogo relativo a la aplicación del Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China, nombró Obispo Auxiliar de Fuzhou (Provincia de Fujian, China) el 5 de junio de 2025», recitaba escuetamente el boletín de la oficina de prensa de la Santa Sede de este miércoles.

«Hemos sabido con satisfacción que hoy, con ocasión de la toma de posesión de S.E. Mons. Joseph Lin Yuntuan como Obispo Auxiliar de Fuzhou, ha sido reconocido también su ministerio episcopal a efectos del derecho civil. Este acontecimiento constituye un fruto más del diálogo entre la Santa Sede y las Autoridades chinas y es un paso importante en el camino comunitario de la Diócesis», añadió unos minutos más tarde el portavoz del Papa, Matteo Bruni.

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La doble mención al acuerdo en ambas comunicaciones no es casual. La historia detrás de este nombramiento es aún más complicada de lo que parece y el Vaticano la cuenta sólo entre líneas. En la biografía de Joseph Lin Yuntuan que publicaba este miércoles la Santa Sede dice que tiene 73 años, que estudió en su seminario y que «desempeñó el cargo de párroco en diversas parroquias de la diócesis». Luego, añade que tras ocupar otros cargos «desde 2013 a 2016 desempeñó el cargo de Administrador Apostólico 'ad nutum Sanctae Sedis'. Recibió la ordenación episcopal el 28 de diciembre de 2017».

El «administrador apostólico» es quien hace las veces del obispo hasta que se le pueda nombrar tal oficialmente, y la expresión latina «ad nutum Sanctae Sedis» se utiliza cuando la carga depende directamente de la Santa Sede. Probablemente no era un candidato gradito a Pekín, que no consentía su nombramiento, y en 2017 el Vaticano perdió la paciencia y lo ordenó obispo sin hacerlo oficialmente obispo auxiliar. El acuerdo entre China y la Santa Sede no entró en vigor hasta varios meses más tarde, en octubre de 2018.

Técnicamente, el obispo de la diócesis era el anciano Peter Lin Jiashian, que falleció a los 88 años en 2023, y que fue reconocido por el gobierno en 2020, cuanto tenía 85. Antes de eso había sido miembro de la Iglesia clandestina y el régimen comunista lo condenó a trabajos forzados. Para sustituirle, el Papa Francisco nombró en enero pasado a monseñor Cai Bingrui, de 57 años, de acuerdo con el gobierno chino.

Aprovechando la sucesión, el Vaticano ha solicitado y obtenido el reconocimiento de Joseph Lin Yuntuan como «obispo auxiliar», con la misión der ayudar a los católicos clandestinos a respetar las indicaciones del obispo de la diócesis. Por su parte, la web especializada Asia News, editada por el Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras, explica que «el reto ahora será ver qué papel efectivo se dará al obispo auxiliar en el gobierno de la diócesis y en qué medida su presencia ayudará a salvar la brecha entre los católicos 'oficiales' y las comunidades 'clandestinas'».

La web «China Catholic», ligada al gobierno, subraya que al obtener este reconocimiento, el nuevo obispo auxiliar ha prometido respetar «la Constitución y las leyes del país, salvaguardar la unidad de la patria y la armonía social, amar al país y a la religión, adherirse al principio de independencia y autogobierno de la Iglesia, seguir la dirección de la sinicización del catolicismo en nuestro país y contribuir a la construcción general de un país socialista moderno y a la promoción integral del gran renacimiento de la nación china».

Lo ocurrido muestra en cualquier caso que León XIV mantiene el acuerdo con China, pero no significa que no haya problemas abiertos. Durante la Sede Vacante, Pekín nombró unilateralmente dos nuevos obispos, un obispo auxiliar en Shanghái y un nuevo obispo de Xinxiang. Y eso que el acuerdo está en vigor hasta 2028.

Los términos del acuerdo de 2018 se mantienen secretos pero fueron fijados en tiempos de Benedicto XVI. El mecanismo entró en funcionamiento en octubre de 2018, y desde entonces ha sido confirmado por ambas partes en 2020 y en 2022. Ha consentido nombrar diez obispos con el consentimiento del Papa y que Pekín reconozca al menos a nueve obispos «clandestinos». «En la actualidad la Iglesia china tiene mucha menos libertad y está sometida a un mayor control; pero el acuerdo ha frenado una avalancha de nombramientos episcopales ilícitos», resume en la revista italiana Tempi el sacerdote Bernardo Cervellera, experto de la situación de la Iglesia católica en China.