El Papa bautiza a 16 niños en la Capilla Sixtina del Vaticano: «Si lloran, déjenlos llorar»

«Si lloran los niños -dijo el pontífice tranquilizando a las mamás y papás presentes-, déjenlos llorar; si tienen hambre láctenlos, estén tranquilos aquí; si tienen calor quítenle los vestidos porque a veces el calor hace mal. Ellos son los protagonistas».

En homilía corta e improvisada, el Santo Padre deseó a los progenitores y los padrinos una vida de «ayuda a estos niños» y les agradeció por su testimonio y »por haberlos traído aquí para recibir la fe». Poco después, en el ángelus desde la ventana que da a la plaza de San Pedro, recordó que «hoy celebramos el bautismo del Señor«.

El pontífice además pidió la liberación de los secuestrados en Colombia, indicó su cercanía a la población golpeada por las inundaciones en la República Democrática del Congo y pidió rezar por la paz en el mundo.

El santo padre recordó a las iglesias orientales que hoy celebran la Navidad. Quiso rememorar el histórico gesto de fraternidad que se realizó hace 60 años en Medio Oriente, cuando el papa Pablo VI tuvo un encuentro con el patriarca Athenágoras, invitando a ir adelante en la vía de la unidad de los cristianos. También demandó rezar por la paz en Palestina y envió su recuerdo al pueblo de Irán tras el reciente atentado terrorista.

El día de Reyes a pesar del clima lluvioso, en el exterior de la basílica se encontraban cortejos medievales con sus instrumentos, reyes magos, 'befanas' (brujita romana que regala juguetes) y miles de personas. Este año, la Plaza de San Pedro luce un pesebre que recuerda los ocho siglos del primer belén que San Francisco de Asís quiso representar en una gruta de la localidad italiana de Greccio.

La misa de Reyes -con la solemnidad y belleza de las celebraciones en la basílica de San Pedro- fue presidida por Papa Francisco, concelebrada por el cardenal filipino Luis Tagle, por 32 cardenales 16 obispos, 300 sacerdotes y animada por tres coros diversos. La oración universal fue en chino, francés portugués, coreano y swahili (idioma oficial de 4 países africanos).

En la misa estaba presente también la comunidad de seis benedictinas que llegaron desde Argentina con su abadesa, que vivirán en oración en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano, donde el papa emérito Benedicto XVI pasó los últimos años de su vida.

El pontífice en la homilía de Reyes quiso recordar que los Magos que buscan a Dios en cambio encuentran a un Niño en carne y hueso, subrayando que es importante «encontrar a Dios en carne y hueso, en los rostros de quienes vemos cada día, especialmente aquellos de los más pobres».

Francisco citó a San Agustín, a San Gregorio Magno y a Benedicto XVI, invitando a que como los Magos «pidamos la gracia de no perder nunca el ánimo, la valentía de ser buscadores de Dios, hombres de esperanza, soñadores intrépidos que escrutan el cielo y caminan por los senderos del mundo para llevar a todos la luz de Cristo, que ilumina a cada uno de los hombres».