El padre de Canet acosado por pedir más castellano: «Tenemos que demostrar que acosar a una familia es algo reprochable civil y penalmente»
Tras testificar en el juicio contra tres tuiteros por hostigar a su familia, Javier Pulido explica a ABC que aunque «revivir esta historia no es fácil» se ve con el deber de hacerlo
La familia que logró el 25% de castellano en una escuela de Canet: «Pedían apedrear nuestra casa, aislar a nuestra hija y hacerle 'bullying'»
Javier Pulido, padre de la menor de Canet
Después de la primera sesión del juicio contra los tres tuiteros, acusados de hostigar a la familia de Canet de Mar (Barcelona) que consiguió por la vía judicial la aplicación del 25% de castellano en la escuela Turó del Drac, donde estudia ... su hija, el padre de la menor, Javier Pulido, explica a ABC: «Tenemos que demostrar que acosar a una familia es algo reprochable civil y penalmente».
Ayer, jueves, tanto él como su mujer declararon como testigos en la Audiencia de Barcelona, por el hostigamiento al que fueron sometidos tras su victoria lingüística en los tribunales. «Revivir esta historia no es fácil, pero nos vemos con el deber de hacerlo», contaba él a este diario. Y es que fue en diciembre de 2021, después de que la directora del centro informase al resto de progenitores del centro del fallo judicial que obligaba a impartir una asignatura en castellano, cuando comenzó su calvario. Mensajes en un grupo de padres, donde estaban Pulido y su mujer y que, finalmente, abandonaron.
En estos, explicó ella ayer ante el tribunal, «invitaban a apedrear mi casa, a que dejaran a mi hija sola en clase, a hacerle 'bullying'». A la pequeña, que ahora tiene 9 años, dejaron de invitarla a fiestas de cumpleaños de sus compañeros. «A nosotros nos aislaron, a día de hoy aún se dan la vuelta. No me miran a la cara». Al respecto, Pulido indica a ABC que que «no es admisible que nadie sufra» el hostigamiento al que se vio sometida su familia, «y que los autores queden impunes». Por eso, ahora su objetivo es «demostrar que acosar a una familia, para meter miedo a los que vengan detrás y desistan de reclamar sus derechos, es algo reprochable civil y penalmente».
Esta nueva lucha ha sido costosa. En el plano económico, «como los procesos judiciales no siempre terminan en la primera instancia, habrá que ver como se desarrollan los acontecimientos», indica. En cuanto al emocional, «revives el dolor ya sentido, pero se trata de heridas curadas que nos han hecho más fuertes y, aunque no dejan de doler, como secuelas que son, al tener delante al responsable de parte de ese dolor, se reconduce hacia el miedo que puede sentir uno cuando se sienta en el banquillo ante el juez», detalla a ABC. Respecto a los apoyos con los que han contado a lo largo de estos años, reconoce que ha sido «de las cosas más duras», por todos aquellos que les dieron la espalda. «La vida social se recupera con nuevas compañías, nuevos proyectos y nuevas alegrías compartidas para disfrutar de nuestras vidas. Afortunadamente Cataluña es muy, muy diversa», concluye.
Tras el testimonio de los padres, el juicio continuará hoy, viernes, y la previsión es que los tres tuiteros acusados declaren en último lugar. La Fiscalía pide para ellos dos años de prisión por delitos contra la integridad moral de la menor y sus padres al difundir mensajes intimidatorios.