Orbán propone reformas en la Constitución contra la comunidad LGTBI y los ciudadanos de doble nacionalidad

El primer ministro nacionalista, Viktor Orban, ha criticado repetidamente a las personas LGBTQ+ y ha prometido tomar medidas contra la financiación extranjera de medios de comunicación independientes y organizaciones no gubernamentales en Hungría en las últimas semanas, después de que su aliado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pausara la financiación de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Las medidas de Trump hicieron especular con la posibilidad de que Orban se envalentonara y tomara medidas drásticas contra los medios de comunicación considerados hostiles. «La red de corrupción que gobierna todo el mundo occidental de la política y los medios de comunicación debe ser eliminada», dijo Orban en el Parlamento el 24 de febrero, añadiendo que su gobierno «iría hasta el final» con las nuevas leyes.

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El partido gobernante, Fidesz, presentó a última hora del martes su propuesta de enmiendas a la Constitución. Según las enmiendas propuestas, la Constitución añadiría una enmienda que haría hincapié en la protección del desarrollo físico, mental y moral de los niños por encima de todos los demás derechos.

La nueva ley podría allanar el camino para prohibir la Marcha del Orgullo anual de las comunidades LGBTQ+, ya que el acto podría considerarse perjudicial para los niños y la protección de su desarrollo prevalecería sobre el derecho de reunión. El gobierno de Orban tiene en el punto de mira la Marcha del Orgullo antes de las elecciones del año que viene.

Otra de las enmiendas establece que los nacionales húngaros que también posean la ciudadanía de otro país podrán ser expulsados «si sus acciones suponen una amenaza para la soberanía nacional, el orden público, la integridad territorial o la seguridad de Hungría.» Los cambios también consagrarán en la Constitución que Hungría sólo reconocerá dos sexos, masculino y femenino, una idea que Trump también ha respaldado.

Orban, en el poder desde 2010, se enfrenta a las elecciones de 2026 con la economía recién salida de una crisis inflacionista y con un nuevo partido de la oposición en auge que plantea el desafío más fuerte hasta ahora a su gobierno.