La OMS aprueba el tratado de pandemias y da el primer paso hacia una sanidad global

El tratado ha sido aprobado por los Estados miembros de este organismo actualmente reunidos en Asamblea Mundial de la Salud, en Ginebra. El resultado, calificado de «votación histórica» por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, fue bastante unánime, 124 votos a favor, cero objeciones y 11 abstenciones.

La OMS espera que con este tratado el mundo será más seguro y equitativo frente a futuras amenazas pandémicas y es una respuesta directa a las carencias y desigualdades que se pusieron de manifiesto durante la pandemia de Covid-19 que causó alrededor de 15 millones de víctimas mortales a nivel mundial entre 2020 y 2021.

Se espera que esta iniciativa proteja mejor a ciudadanos, sociedades y economías, evitando las pérdidas humanas y económicas devastadoras ocurridas durante la pandemia de Covid-19. El acuerdo sienta las bases para una cooperación internacional eficaz que haga hincapié en la prevención y la respuesta rápida ante futuras pandemias.

El acuerdo busca garantizar un acceso equitativo a vacunas, terapias y diagnósticos, en caso de pandemia, respetando la soberanía nacional ya que no otorga a la OMS autoridad alguna para imponer políticas internas sobre medidas como cuarentenas o mandatos de vacunación. También refuerza la vigilancia multisectorial y el enfoque de «una sola salud» humana, animal y medioambiental.

Después de la votación, el presidente de la Asamblea Mundial de la Salud, Teodoro Herbosa, subrayó la importancia de implementar con urgencia los aspectos esenciales de este acuerdo destacando que «la emergencia del Covid-19 no tuvo precedentes y que dejó lecciones valiosas que ahora tenemos la ocasión de mejorar para conseguir una protección sanitaria global».

Se espera que este tratado permita crear sistemas sanitarios que aseguren el acceso equitativo a productos sanitarios esenciales en el caso de futuras crisis. Sobre todo, establece un mecanismo de «acceso a los patógenos y de reparto de beneficios» (PABS, por sus siglas en inglés) que permite un intercambio muy rápido y sistemático de información sobre la aparición de patógenos con potencial pandémico.

También se estipula en este acuerdo la colaboración con fabricantes farmacéuticos los cuales deberán garantizar a la OMS el acceso, en tiempo real, a un 20% de la producción de vacunas, tratamientos y diagnósticos sobre el patógeno causante de la epidemia. Este mecanismo prevé que los tratamientos se produzcan siguiendo pautas de información compartida.

Además, el acuerdo permite la negociación de un sistema de acceso a patógenos y de distribución de beneficios a través de un grupo de trabajo intergubernamental que regulará la disponibilidad y distribución equitable de vacunas y otros productos sanitarios durante emergencias pandémicas.

Sin embargo, el tratado tiene también debilidades que cuestionan su pleno funcionamiento. La organización Salud por Derecho, aunque lo califica como «una señal muy positiva», considera que ahora empieza la «fase fundamental» y «más compleja de negociar, sin la cual el acuerdo tendrá un impacto muy limitado«: la creación del sistema de acceso y reparto de beneficios. Hasta ahora, prosigue, el acceso a vacunas, medicamentos y diagnósticos esenciales ha estado «condicionado por profundas desigualdades», por lo que este tratado «será determinante para saber si el acuerdo puede establecer realmente un nuevo modelo de distribución equitativa ante futuras pandemias».

El texto final, prosigue la organización, presenta «muchas carencias» respecto a sus versiones anteriores, especialmente en las disposiciones sobre equidad, pues «muchos de los compromisos que en su momento se plantearon como vinculantes han acabado siendo voluntarios o se han aplazado a futuras negociaciones», lamenta.

Este acuerdo es el segundo tratado internacional negociada bajo el artículo 19 de la Constitución de la OMS, después del Convenio Marco para el Control del Tabaco de 2003. Su entrada en vigor dependerá de la ratificación de al menos sesenta países miembros suponiendo un paso decisivo para el fortalecimiento de la estructura sanitaria mundial.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha celebrado la aprobación del tratado, que ha dicho, servirá para afrontar nuevas emergencias sanitarias con «mejor preparación y respuesta a nivel global». «Viene a rubricar el aprendizaje del Covid y cómo podemos afrontar nuevas emergencias sanitarias con mejor preparación y respuesta a nivel global», ha afirmado.