Cae la malnutrición y se dispara la obesidad: una de cada ocho personas es obesa
La Organización Mundial de la Salud advierte de que el peso de una persona está condicionado por la calidad de los alimentos y esta ha caído desde la pandemia
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Corresponsal en Ginebra
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Iniciar sesiónSegún un informe publicado este viernes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada ocho personas, unos mil millones de personas, sufren de obesidad en el mundo. De acuerdo con el organismo, el 43% de la población mundial tiene sobrepeso debido ... principalmente a la falta de ejercicio físico, a la mala alimentación o a la falta de prevención.
Durante la presentación del estudio, el jefe del departamento de nutrición de la OMS, Francesco Branca, ha explicado a la prensa que a pesar de que las cifras sobre la obesidad son alarmantes la buena noticia está en que ha disminuido en un 50% la malnutrición, la cual es responsable de la muerte de la mitad de los niños que fallecen antes de los cinco años.
«Los hábitos tienen que cambiar para salir de esta espiral que afectaba a mil millones de personas en 2022, cuatro veces más que en 1990», afirmó Branca. Las categorías de población más afectadas, por la obesidad, son los niños escolarizados y los adolescentes que sumaron 160 millones en 2022 frente a los 31 millones en 1990.
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De acuerdo con Branca, España, junto con Francia, experimentaron una ligera disminución de la obesidad femenina, con un 7% registrado en 1990 frente a un 4% en 2022. El análisis de datos se realizó entre personas de distinto tamaño y edad. Sin embargo, no se registró la misma tendencia en el sexo masculino y a nivel mundial las curvas siguieron subiendo.
Entre las causas de este fenómeno que ha adquirido una gran amplitud en los últimos años están episodios como el cambio climático, el Covid-19 o la guerra de Ucrania, que han provocado un aumento del precio de los alimentos o han impedido, en el caso de la pandemia, el acceso a gimnasios o a lugares donde hacer ejercicio físico.
Además, dice el estudio, publicado en la revista científica The Lancet, que el peso de una persona está condicionado por la calidad de los alimentos que consume y que mientras antes de la pandemia de Covid-19 se destinaba un mayor porcentaje del ingreso de los hogares en comida de calidad actualmente estas tendencias se están modificando.
Menos tiempo para cocinar
No sólo se ha experimentado un cambio hacia una alimentación más comercial distribuida por los grandes supermercados sino que el tiempo dedicado a preparar las comidas se ha disminuido de forma significativa. Este cambio en la dieta ha provocado un incremento del consumo de productos procesados muy calóricos y con poca fibra.
Los investigadores concluyeron también que la disminución del ejercicio físico podría conducir a un aumento de peso. Por este motivo, la OMS insistió en la prevención, clave para prevenir el problema de la obesidad, difundiendo campañas de información, promoviendo la lactancia materna, regulando el etiquetado de alimentos y aumentando los impuestos en bebidas azucaradas.
La OMS subrayó la urgencia de poner en marcha políticas que garanticen el acceso a una dieta saludable a precios razonables para todos, creando espacios que fomenten la actividad física y promuevan un modo de vida sano y saludable. El impacto del cambio climático en la comida y su suministro podrían agravar el problema.
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