Occidente asiste a una explosión de casos de menores trans que no sabe cómo afrontar

Una investigación publicada en 'The British Medical Journal' pone de relieve el aumento de niños con disforia de género y de las discrepancias por el uso de tratamientos hormonales

Una joven se manifiesta en El Salvador por una ley trans EP

E. Calvo

Madrid

Cada vez son más los adolescentes que se identifican como trans y acuden a las unidades de género. También van en aumento los que finalmente se someten a tratamientos médicos -desde bloqueadores de la pubertad hasta operaciones quirúrgicas- como solución a esa disforia de ... género, especialmente en Estados Unidos. A su vez, las discrepancias entre los distintos profesionales sobre cómo actuar ante estos casos también va a más. Así lo expone una investigación periodística publicada en 'The British Medical Journal'.

La reportera Jennifer Block se remite a varias investigaciones científicas, a las pautas que siguen las principales sociedades de Estados Unidos y las declaraciones de expertos de distintos países. De todo, se deduce que la controversia entre los distintos profesionales y sociedades científicas sobre los protocolos a seguir para el tratamiento de adolescentes que se identifican como transgénero va en aumento.

Alude a un análisis de Komodo Health que constata que entre 2017 y 2021 casi 18.000 menores de EE.UU. empezaron un tratamiento a base de bloqueadores de pubertad. El número, sigue, es mayor cada año, especialmente de chicas. Cita además encuestas destinadas a medir la prevalencia que afirman que el 2% de los adolescentes que cursan Educación Secundaria se identifican como trans. Estos jóvenes, señala la investigación, también son más propensos que sus compañeros a presentar problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o trastornos de atención.

Pero a medida que aumentan los adolescentes que se definen como trans aumentan también los que «detransicionan», apunta el informe. Se refiere a dos estudios que sitúan entre un 20 y un 30 por ciento los jóvenes que tras años hormonándose se arrepienten de su decisión y ponen fin al tratamiento.

Experiencia internacional

Además de lo que ocurre en EE.UU., la investigación recurre también a la experiencia de países europeos. Se refiere al ejemplo de Suecia, que determinó que los riesgos del tratamiento con bloqueadores de pubertad en menores superan a los beneficios, o de Finlandia, que antepone la atención psicosocial a las hormonas. El informe menciona también cómo las sociedades médicas de de Francia, Australia y Nueva Zelanda se han alejado de esa medicalización a los menores. Reino Unido, por su parte, también apuesta por dar peso a la atención psicológica.

En general, dice el informe en base a voces de expertos, falta evidencia científica sobre los riesgos y beneficios de hormonar a los menores, pues mientras algunas investigaciones aseguran que estos bloqueadores mejoran la calidad de vida de los adolescentes, otras concluyen que la empeoran. Sí se observa, expone la investigación, una tendencia hacia el tratamiento hormonal por delante de la salud mental.

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