La nueva fiebre del diamante (de laboratorio)
A simple vista son indistinguibles de los naturales y cuestan hasta un 95% menos. Su prometedor futuro en el mercado de los semiconductores ha llevado al gigante Diamond Foundry a construir una fábrica en Trujillo
Leo Di Caprio elige España para hacerse millonario
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAlejandro Magno los trajo a Europa en el siglo III a.C., el gigante de la minería De Beers los asoció al amor eterno y Marilyn Monroe los bautizó como «el mejor amigo de la mujer». Los diamantes son una de las piedras preciosas ... más cotizadas, porque tardan miles de años en formarse y deben hacerlo en unas condiciones de presión y temperatura muy altas, entre 140 y 190 kilómetros de profundidad. Pero hoy el hombre es capaz de hacerlos crecer en el laboratorio en apenas días. Y a simple vista el diamante natural y el sintético son indistinguibles.
Diamantes de laboratorio: la nueva joyería se aleja de la mina
Isabel MirandaSon gemas calcadas químicamente a las naturales, indistinguibles a simple vista y empiezan a llegar a las grandes marcas. Amenazan con cambiar el mercado con sus bajos precios y la etiqueta de ser 'sostenibles'
«Tienen la misma estructura cristalina y composición química que los naturales. La piedra en bruto sí se puede diferenciar, pero si te lo dan tallado no se puede distinguir a simple vista, tiene el mismo brillo característico del diamante. Sólo algunos pueden tener alguna inclusión metálica que se aprecia al microscopio o con imanes muy potentes«, confirma Marta Esteban, directora del laboratorio del análisis y certificación de gemas del Instituto Gemológico Español.
Si bien el hombre lleva siglos tratando de emular a la naturaleza, apunta esta experta, no fue hasta 1954 cuando General Electric consiguió por fin crear diamantes sintéticos por el método HPHT (alta temperatura –1.500 grados Celsius, el punto de fusión del acero– y alta presión –70 bares, el equivalente a la presión de la Torre Eiffel puesta en un dedo–). «Aunque una empresa sueca reclama que ya lo había logrado un año antes», señala Esteban. El otro método de fabricación, el CVD (deposición química de vapor, que crea el diamante capa a capa), se utilizó por primera vez en 1952.
Sin embargo, la verdadera revolución llegó en el siglo XXI. Antes, el proceso de producción de los diamantes sintéticos era lento, costoso y no lograban crear cristales muy grandes. De hecho, hasta los años 70 no se lograron las primeras gemas de casi un quilate. Pero, como en cualquier tecnología, los avances abarataron los costes e impulsaron la producción masiva. En los 90 ya se empezaron a comercializar para joyería. Hoy, reconoce Marta Esteban, un diamante sintético puede ser hasta un 95% más barato que uno natural según los precios de la lista Rapaport, el estándar de la industria del diamante para fijar los precios.
Grandes marcas de joyería como Swarovski o Pandora se han sumado también a esta moda que ha convertido el lujo de unos pocos en un artículo accesible a todos. Es la verdadera democratización del mundo de los diamantes, al que se han sumado también famosas como Meghan Markle o Lady Gaga. «El incremento en las ventas de los últimos años ha sido enorme, pese a ser una tecnología de la década de los 50. Nuestra estimación es que en 2023 los diamantes de laboratorio alcancen el 10 o 15% del mercado«, apunta el Centro Mundial del Diamante de Amberes (AWDC).
Más allá del solitario
Álex Riu, responsable de ALTR Created Diamonds y propietario de Accent, una joyería catalana especializada en diamantes sintéticos, vio ya en 2017 que tenían la oportunidad de ofrecer joyas antes inaccesibles al gran público. «Un diamante es algo aspiracional, símbolo de pureza, de eternidad... Otras piedras también se pueden hacer en laboratorio, pero no han tenido el éxito del diamante porque no son tan caros ni están asociados a esos valores«, señala Riu, que reconoce que la industria empezó a tomarlos en serio como alternativa a las piedras naturales cuando los laboratorios de gemología accedieron a certificarlos bajo el apellido, eso sí, de »creados«.
En su experiencia, no hay un perfil concreto de consumidor de diamantes sintéticos, pero sí dos aspectos que llevan al público de todas las edades –y no solo a los 'millennials'– a optar por ellos: no se extraen de minas y su precio es mucho más asequible, así que con el mismo presupuesto se pueden comprar piedras preciosas de mayor calidad y tamaño. «Hay nuevos consumidores pero también clientas de diamantes naturales que quieren una joya más grande y optan por el sintético. Y los hay que buscan esta piedra preciosa de colores, que son muy raros en la naturaleza y tienen precios astronómicos», sostiene Riu, que reconoce que este éxito no bebe sólo de los clásicos anillos de compromiso. De hecho, señalan desde el IGE, su impresión es que los futuros prometidos siguen buscando diamantes naturales.
Aunque se anuncien como «éticos», la producción de piedras preciosas sintéticas requiere ingentes cantidades de energía
El principal problema que se encuentran, subraya, es que en muchas piezas se mezclan minerales naturales y sintéticos y se cobran al precio de los primeros. «Ahí entra en juego las estafas«, lamenta esta gemóloga, una picaresca de la que también alerta el Centro Mundial del Diamante de Amberes: »La producción ha crecido tanto que los precios han caído hasta un 10% de lo que cuestan los naturales. Pero algunos vendedores están aplicando descuentos del 10 o el 20%, así que hay gente comprando diamantes sintéticos por más de lo que cuestan realmente y, además, sin saber que para los artificiales, no hay mercado de segunda mano«.
Minerales extremeños
Con todo la joyería no es el principal destino de los diamantes artificiales. La mayor parte de la producción se destina al uso industrial, para la fabricación de semiconductores para las industrias de la computación, la inteligencia artificial, las comunicaciones 5G y 6G y los vehículos eléctricos.
De hecho, el gigante estadounidense Diamond Foundry, del que es accionista Leonardo DiCaprio, invertirá 800 millones de dólares (unos 670 millones de euros) en levantar una fábrica de diamantes sintéticos para el sector tecnológico en el municipio extremeño de Trujillo. Los californianos, que a principios de marzo colocaron la primera piedra de su nueva sede europea, han elegido este enclave de la España rural porque tiene amplia disponibilidad de suelo (la parcela es de 80.000 metros cuadrados), mucho sol (se alimentará de un parque fotovoltaico situado en el mismo emplazamiento) y buen suministro de electricidad y agua. La previsión es que los primeros diamantes extremeños estén en el mercado en 2025. Esta nueva fábrica generará 50 puestos de trabajo el primer año y 300 en total, 1.000 de forma indirecta.
Pese a que la fábrica de Trujillo usará energías renovables, los expertos tienen dudas de que los diamantes sintéticos sean, en general, más sostenibles, como se anuncian en algunas ocasiones. «Efectivamente, para obtener diamantes naturales hay que mover toneladas de tierra y eso genera un gran daño medioambiental, pero para producir los artificiales se necesitan ingentes cantidades de energía. Habría que incluir estos datos en la comparativa para ver cuáles son más dañinos«, recuerda Esteban.
«Casi el 70% de la producción se hace en China y Rusia, en factorías con malas condiciones laborales, alimentadas por plantas de combustibles fósiles muy contaminantes«, reivindican desde el AWDC. La planta de Trujillo –hasta ahora la industria del diamante sintético español prácticamente se reduce a la sevillana Irisgem– al menos engordará la modesta producción europea de estas piedras preciosas, que en 2020 alcanzó los 500.000 quilates, según un informe de la consultora Brain&Company. Una producción a años luz de la del gigante asiático, que ese mismo año produjo 3 millones de quilates. El tiempo dirá si esta industria tiene un futuro tan brillante como se pronostica.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete