Armengol, que se saltó sus restricciones, multa con 6,8 millones a los asistentes de una fiesta en pandemia
La presidenta balear sanciona ahora con dureza a 114 jóvenes por celebrar una reunión ilegal en una vivienda turística
Cada uno de los participantes deberá pagar 60.000 euros de sanción
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónDos años después de saltarse sus propias restricciones tomando copas de madrugada y comiendo en el ayuntamiento de Ibiza, la presidenta balear, Francina Armengol, exhibe mano dura con los jóvenes que acudieron a una celebración en una vivienda de alquiler vacacional. Su Ejecutivo ... acaba de multar con 60.000 euros por barba a cada uno de los 114 asistentes a una fiesta ilegal en plena pandemia, es decir, una sanción total de 6,8 millones de euros.
El gobierno autonómico, formado por PSOE, Podemos y los nacionalistas de Més, ha comunicado una sanción de 60.000 euros para cada uno de los de 114 participantes que se reunieron en una casa en el exclusivo barrio de Son Vida en Palma en agosto del pasado año. Por esas fechas, no se permitían reuniones de estas características.
Infracción muy grave
Las quejas de los vecinos alertaron a la Policía Local, que se personó en la vivienda, destinada al alquiler vacacional. Los agentes identificaron a 114 personas y levantaron acta por infracción muy grave de la normativa sanitaria que regía en ese momento en Mallorca, en la que se preveían sanciones de entre 100 y 600.000 euros por persona en caso de incumplimiento. La mayoría de los asistentes eran jóvenes de Mallorca aunque también había gente de la península. Los afectados pueden presentar alegaciones.
El Govern aprobó un decreto con severas limitaciones que se prorrogaron para el ocio nocturno durante dos veranos, lo que provocó la explosión de fiestas sin control en fincas privadas y botellones en las playas y barcos. Ese mismo verano de 2021, no sin polémica, confinó forzosamente a 249 estudiantes de viajes de estudios, para frenar el megabrote de contagios.
Pese a que Armengol ha llevado a cabo las mayores restricciones del país durante la pandemia, la mandataria socialista no ha sido tan ejemplar con su comportamiento y ha protagonizado varias polémicas por saltarse sus propias restricciones en un bar de copas palmesano de madrugada y en una comida en el ayuntamiento de Ibiza.
De copas en lo peor del Covid
La primera polémica se produjo el 7 de octubre de 2020 cuando ella y varios altos cargos de su gobierno acudieron, después de cenar en un restaurante, a tomar algo al céntrico bar de copas palmesano Hat Bar, próximo a la vivienda de la presidenta. Sobre las dos de la madrugada, la policía local se personó en el local, que seguía abierto pese a las restricciones impuestas por el Ejecutivo balear con motivo de la pandemia. El dueño del bar alegó en el acta que no había cerrado porque estaba allí la presidenta con varios acompañantes. Por su parte el Govern, tras negarlo en un primer momento, seguidamente lo reconoció y se excusó en que uno de los jefes de comunicación de Armengol se había desmayado y lo estaban acompañando en la puerta del local.
La presidenta pidió disculpas por su comportamiento poco ejemplar, aunque con la boca pequeña. Simplemente admitió que había trasladado de forma involuntaria «una imagen de relajación social» y «no adecuada».
El dueño del bar, que cerró poco después, fue multado con 750 euros por incumplir el horario límite de cierre, aunque alegó ante la Policía que tenía abierto precisamente porque la presidenta estaba dentro del local. Se desconoce aún si abonó la sanción, pues el ejecutivo aseguró que no podía notificarla porque no localizaba al dueño del Hat Bar y publicó un edicto en el BOE para ello.
MÁS INFORMACIÓN
Cinco meses después de su salida nocturna, la presidenta balear reincidió al asistir a una comida junto con otras ocho personas en el salón de plenos del Ayuntamiento de Ibiza el mismo día que los bares y restaurantes de la isla abrían tímidamente sólo sus terrazas tras más de dos meses cerrados y con un máximo de cuatro personas por mesa.
El gabinete de la presidenta Armengol calificó el encuentro de «reunión de trabajo» en el ayuntamiento de Ibiza pero tampoco negó que los participantes comieran en el salón de plenos ya que la normativa les impedía celebrar ese ágape en un restaurante. Pese a ser una reunión de trabajo, la agenda institucional indicaba que la presidenta tenía una «comida privada».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete