Los abogados de Kate Cox declararon en un escrito presentado ante el Tribunal Supremo de Texas que, no obstante, ella deseaba continuar con su demanda. Un tribunal inferior emitió la semana pasada una orden de restricción que le permitía abortar, pero el Tribunal Supremo estatal la dejó en suspenso mientras estudia una apelación del fiscal general, el republicano Ken Paxton.
«El caso de Kate ha demostrado al mundo que las prohibiciones del aborto son peligrosas para las personas embarazadas, y que las excepciones no funcionan», dijo en un comunicado Nancy Northrup, presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, que representa a Cox.
El caso es una importante prueba del alcance de esa excepción según la ley de Texas, que permite abortar para salvar la vida de la madre o evitar el deterioro sustancial de una función corporal importante.
Cox, de 31 años y residente en el área de Dallas-Fort Worth, presentó el pasado martes una demanda solicitando una orden de restricción temporal que impida a Texas aplicar su prohibición casi total del aborto en su caso. Los abogados de Cox han dicho que su demanda es el primer caso de este tipo desde que el Tribunal Supremo de EE.UU. revocó el año pasado su histórica sentencia Roe contra Wade de 1973, que había garantizado el derecho al aborto en todo el país.
Cox, que estaba embarazada de unas 20 semanas cuando interpuso la primera demanda, dijo tendría que someterse a su tercera cesárea si continuaba con el embarazo. Eso podría poner en peligro su capacidad para tener más hijos, algo que, según dijo, ella y su marido deseaban.
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