La joven que ha muerto atacada por un elefante en Tailandia era Blanca, una estudiante de la Universidad de Navarra de 22 años

El suceso ha ocurrido en la isla de Yao Yai, en el suroeste de Tailandia. La joven, que estaba acompañada de su novio y quien presenció todo el suceso, se encontraba realizando una actividad lúdica en el centro 'Koh Yao Elephant Care', especializado en estos paquidermos. En un primer momento, trascendió que el animal le clavó un colmillo mientras lo bañaba, y las heridas infligidas le causaron la muerte, según el relato de los trabajadores del recinto. Posteriormente, ABC pudo saber que, en realidad, el paquidermo agarró con la trompa a la española y la lanzó. Se espera que la familia llegue en la noche de este sábado a Tailandia.

Blanca, de familia de militares y con dos hermanos, era antigua alumna del colegio Pinoalbar de Valladolid, donde estudió parte de su infancia así como el bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales, según informa 'El Norte de Castilla'. En esta etapa también se destacó como gimnasta y tras toda una infancia dedicada a la rítmica llegó a obtener en 2017 la medalla de oro del campeonato autonómico de Gimnasia Rítmica de Castilla y León.

Tras acabar el bachillerato en Valladolid se matriculó en el doble grado de Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad de Navarra, en su sede de Pamplona, que tenía previsto acabar el próximo año. Ya había comenzado a realizar prácticas. El pasado verano se desplazó a Madrid para trabajar en el Cuartel General de la Armada en Madrid, en la sección de protocolo. Y en septiembre se había embarcado en un programa de intercambio con la la Universidad de Tamkang (Taiwán) que concluyó en diciembre.

Entre sus hermanos está Javier Ojanguren, uno de los líderes de la banda musical Besmaya, quien también estudió en Valladolid. El alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, ofreció sus condolencias a la familia en redes sociales. El regidor mostró su «más sentido pésame para la familia de Blanca Ojanguren», que hizo extensible a «su otra familia del colegio Pinoalbar».

Tailandia se ha convertido en el epicentro asiático del turismo de elefantes. Desde que en 1989 se prohibió su uso para la tala de bosques, los refugios y santuarios se han popularizado. Allí se utiliza a estos animales para el turismo. Las zonas más populares se encuentran en Chiang Mai, en el norte del país –donde se utilizaban hace tres décadas para sacar los recursos madereros–, pero también en la zona sur, muy turística. De hecho, el Instituto Nacional de Investigación y Servicio de Salud de Elefantes estimó en 2017 que había 2.700 elefantes trabajando en 250 centros turísticos en todo el país. Y un informe de la organización World Animal Protection (WAP) calcula que en solo una década, de 2010 a 2020, el número de elefantes cautivos utilizados para el turismo ha aumentado un 70%.

Uno de los centros que se dedican a esta actividad es el 'Koh Yao Elephant Care', especializado en actividades turísticas con elefantes, y donde se dio el trágico incidente. El precio para adulto de la experiencia para 'cuidar' de estos animales oscila entre los 50 y los 80 euros. Según explica la empresa en su página web, durante las visitas los trabajadores muestran «la verdadera naturaleza de los elefantes» y los turistas pueden aprender sobre la vida diaria de los elefantes. «Disfrutarás haciendo actividades con ellos. Aquí no controlamos a nuestros elefantes ni los atamos», explican.

Sin embargo, advierte el informe de World Animal Protection, estas actividades conllevan sus riesgos. Los elefantes cautivos proceden en su mayoría de la naturaleza. «'Domesticado' es un término que se utiliza a menudo para describir a los elefantes en cautiverio, para dar a entender que son distintos de sus homólogos salvajes», apunta la organización, pero «los elefantes no están domesticados».

La mayoría de los accidentes, no obstante, se dan con elefantes salvajes en libertad, que en ocasiones arrollan a los ciudadanos cerca de lugares cercanos a los bosques. Se estima que la población de elefantes en estado salvaje en Tailandia es de entre 4.013 a 4.422, muy lejos de los 300.000 ejemplares que llegaron a poblar el país hace más de un siglo. Los datos del departamento de Parques Nacionales de Tailandia citados por el diario 'The Nation' apuntan a que en los últimos 12 años se han producido 240 muertes y 203 heridos, incluidas 39 víctimas mortales en 2024. Los elefantes salvajes abandonaron las áreas de conservación más de 37.000 veces en solo tres años, de 2021-2023.