Muere Argo, el último perro vagabundo de las ruinas de Pompeya

El can, que tenía 15 años, se había convertido en la mascota más querida de la antigua ciudad, y tanto turistas como sobre todo los trabajadores se habían acostumbrado a verle deambular entre las casas de más de 2.000 años de antiguedad.

«Me dicen que nuestro Argo ya no está… y no me parece cierto. Seguro que lo veré en cada rincón de su amada Pompeya cada vez que de repente me vuelvo y me parece que su alma silenciosa ha regresado a casa. Buen viaje, Argo», le ha despedido Susy Martire, una de las guías de Pompeya en declaraciones a 'La Reppublica'.

Con 15 años (lo que, en edad humana, equivale a más de 90), ya llevaba tiempo enfermo. Los arqueólogos le llevaron al veterinario y le detectaron un tumor. Aunque en los últimos meses parecía haberse recuperado, e incluso ya comía con bastante normalidad, finalmente ha fallecido.

«El Parque Arqueológico de Pompeya se despide de Argo. Tenía más de 15 años, era un buen perro, siempre cuidado por la ciudad, trabajadores y visitantes del sitio. Estuvo en compañía de miles de turistas durante su honorable servicio como cuidador y anfitrión», le han despedido desde la cuenta oficial de X del organismo.

Argo se había bautizado así en honor al barco en el que Jasón y sus compañeros, los argonautas, viajaron en busca del vellocino de oro.