Encuentran muerto al abogado que defendió a un cirujano francés que violó a cerca de 300 niños

En su día, el caso de las violaciones y agresiones sexuales de Le Scouarnec, condenado el mes de mayo pasado a veinte años de cárcel por el tribunal de Vannes, en la Bretaña sur (frontera oeste), fue considerado como el caso de pedofilia más grave y siniestro de Francia. Durante veinte años, el cirujano agredía a víctimas muy jóvenes, niños y niñas, en su mayoría, tras sedarlos. Y anotaba en numerosos cuadernos sus actividades criminales, guardando millares de imágenes pedófilas en sus ordenadores. Poco antes de terminar el proceso, Le Scouarnec confesó la violación de una nieta jovencísima.

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Al terminar el proceso, la primavera pasada, Maxime Tessier, uno de los abogados de Le Scouarnec, se había ganado una cierta fama por su humanidad y respeto muy llamativo hacia las víctimas.

Catherine Glon, abogada asociada de Tessier, ha sido la primera en reaccionar: «Maxime tenía una muy alta visión de la justicia y era muy exigente hacia sí mismo. Se ocupaba siempre de sus clientes, en primer lugar, por respeto a la institución judicial. Pero un caso como el de Le Scouarnec pudo dejar huellas profundas».

El colectivo de las familias de las víctimas del cirujano pedófilo también ha reaccionado con profunda emoción, avanzando una hipótesis dramática sobre el posible suicidio: «Fue el abogado defensor de un criminal, sin duda. Pero siempre tuvo miradas y palabras muy humanas sobre el sufrimiento de las víctimas y sus familias, nosotros, que asistimos a un proceso sin igual. A nuestro modo de ver, es innegable que estar en contacto mucho tiempo con un pervertido criminal, obligándolo a penetrar en lo más profundo del horror y la sordidez humana, quizá no dejó indemne a un hombre honrado como Tessier. Y ese horror pudo precipitar el drama íntimo más trágico».