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«Cuando muera me apetece ser abono y alimentar raíces»

Nueva York ha sido el último lugar en aprobar el compostaje de cadáveres como alternativa ecológica al entierro o la cremación tradicional. La acuamación, los funerales ecológicos o los bosques funerarios se expanden en el sector ante un creciente interés por el medio ambiente

Familiares ante un féretro con paja de Recompose, antes de convertir el cuerpo en compost
Isabel Miranda

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Isaac se transformará en compost humano en cuanto muera. Ya ha pagado por ello. Durante 60 días, su cuerpo se descompondrá en una cámara sellada llena de alfalfa, paja y serrín hasta que pueda volver a casa convertido en un metro cúbico de tierra ... fértil, suficiente para llenar una camioneta. A sus 58 años, este norteamericano goza de buena salud, pero un susto hace cinco le llevó a reflexionar sobre su futuro. «Antes pensaba en la incineración, hasta que conocí sus efectos ambientales», explica a ABC. La conciencia verde también está cambiando el paso hacia la muerte. Y, en su caso, le permitirá fundirse con su finca. «Parece la mejor opción, vivo en casi 5 hectáreas de bosque en la costa de Oregón y mis restos compostados se pueden esparcir aquí». Todo quedará en los abetos, pinos, fresnos y alisos entre los que ha sido feliz.

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