El motivo por el que los Testigos de Jehová no votan en las elecciones ni participan en política

Así, cuentan, lo dice la Biblia, cuyos pasajes siguen al pie de la letra para estructurar su religión y es que, para ellos, el único gobierno es el celestial que Jesucristo liderará junto a los miles de elegidos y cuyo mandato será el único verdadero para los afortunados de quedarse en el paraíso.

«Mantenernos neutrales en política nos permite hablar con libertad sobre el mensaje del Reino con personas de cualquier ideología. Con lo que decimos y hacemos, procuramos demostrar que confiamos en que el Reino de Dios es el gobierno que solucionará los problemas del mundo», detallan en su portal de información oficial.

Paradójicamente, esta doctrina de control incluso del desarrollo de los propios ideales políticos y la prohibición de formar parte convierten, en palabras de una extestigo, a la congregación en «una dictadura».

«Una dictadura total. No se podía hablar de política, nos lo tenían prohibido. Siempre tiras para uno u otro porque ves la televisión, pero no puedes votar... y la primera vez que voté fui feliz», explica Carmen, una de las exmiembros que ha prestado su testimonio a 'Los expulsados del paraíso. Sobrevivir a los Testigos de Jehová', el pódcast de investigación de ABC sobre esta religión.

«Los Testigos de Jehová son apartidistas, es decir, no van a votar nunca a ningún partido, nunca, porque ellos dicen que su única forma de gobierno aceptada es el Reino de Dios y eso les ha traido problemas en muchos países. En España, cuando era obligatorio votar en algún referéndum, ensuciaban la papeleta para que el voto fuera nulo», relata Enrique, secretario de la asociación de víctimas.

Sin embargo, hay alguna excepción, o eso deja caer Gabriel, otro de los extestigos que participa en el pódcast: «Si votas te pueden hacer un comité judicial y adiós muy buenas... Si el Gobierno, es decir, este mundo de Satanás que va a ser destruido por el Reino de Dios, ofrece subvenciones, ellos abrazan simbólicamente a sus dirigentes de Satanás para recibir esas ayudas económicas».

Se trata, por tanto, de otra manera de controlar a sus fieles, de forzar que se sientan únicamente supeditados a las enseñanzas bíblicas y a la palabra de Dios, único gobierno válido, el centro de sus vidas.