El «monstruo» de Kolonós, condenado a cadena perpetua por la violación y explotación sexual de una menor de 12 años

«Ojalá ese monstruo no se hubiera cruzado en mi vida», narraba en una carta que la menor de 12 años escribió después de que la fiscal, María Eleni Nikolú, solicitase la absolución del empresario Ilías Mijos de los cargos de violación y proxenetismo, y señalase a la madre de la niña como la principal culpable. «Mi madre es inocente y seguiré diciéndolo hasta que todos lo entiendan. Mis pesadillas siguen aquí pero no mi mamá».

En la misiva, leída por la hermana de la menor en un evento celebrado en la Universidad de Atenas, la niña pedía disculpas por no haber hablado antes porque «estaba aterrada» y pedía a la fiscal que la creyese porque «mi madre no sabía nada de todo lo que hice», al mismo tiempo que increpaba a la funcionaria a tener en cuenta las pruebas presentadas y las declaraciones realizadas durante las maratonianas jornadas del juicio.

El caso salía a la luz en octubre de 2022 cuando, tras la denuncia de la familia de la víctima, la policial griega detuvo al empresario Ilías Mijos bajo los cargos de violación continuada, proxenetismo a una menor de 12 años y tenencia de armas. Durante los meses que siguieron, las autoridades griegas consiguieron localizar una lista con más de 200 hombres que, supuestamente, habrían violado a la menor a cambio de una compensación económica.

Desde que se conociera la propuesta de la fiscal varias manifestaciones y concentraciones han tenido lugar en Atenas para pedir la inmediata liberación de la madre y la pena máxima para Mijos. La indignación llegó también al Parlamento heleno donde muchos diputados expresaron su indignación tras conocer la propuesta de la fiscal.

Entre ellos, destacó la reacción de Dora Bakoyianni, diputada conservadora y hermana del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, quien lanzó una dura crítica contra la fiscalía por considerar que la menor de 12 años había dado su consentido, e invocó a la directiva europea y al Convenio del Consejo de Europa que fijan en 15 años la edad de consentimiento.