Misterio con un niño 'vampiro' de Polonia, enterrado boca abajo y con un candado para que no mordiera

El cuerpo, que fue localizado el pasado septiembre en la ciudad de Pien, estaba enterrado boca abajo y con un candado en su pie, por lo que pasaron a considerar que el pequeño era considerado por los vecinos de la época como un «niño vampiro«.

¿El motivo? Para empezar, se cree que el candado tenía como objetivo evitar que los supuestos vampiros pudieran escapar de su tumba. Pero había mucho más. «Se suponía que poner el rostro hacia abajo haría que el difunto mordiera el suelo, por lo que ya no podría suponer una amenaza para las personas», explicaron entonces en el portal de la institución universitaria.

El misterio no acabó allí. Y es que cerca de su ubicación encontraron a «un grupo desconcertante de esqueletos de niños». Uno de ellos tenía una mandíbula teñida de verde, un color similar al que tenía el paladar del 'niño vampiro', relataron los arqueólogos. Ellos apuntaron como principal hipótesis que ese tono se debiera a un tratamiento con cobre u oro contra la fiebre pero no descartaron otras hipótesis.

Los arqueólogos determinaron que el cuerpo databa del siglo XVII. El hecho de que las tumbas hubieran estado profanadas y removidas no permitió saber más detalles del niño ni curiosidades de ese tipo de entierros.

Antes, en la misma zona habían encontrado, a un máximo de dos metros de distancia, los restos óseos de una mujer que ya se consideró supuestamente una vampira. Ella tenía una hoz en el cuello, que se dio por hecho de que estaba colocada así para que quedara inmovilizada y que no se pudiera levantar de la tumba.