Los MIR estallan por la propuesta de Sanidad de exigirles exclusividad tras su formación: «Nos iremos a trabajar a otros países»

Entre las consecuencias que los residentes creen que provocará la nueva normativa, en caso de que salga adelante como el ministerio propone, destacan la fuga de profesionales a otros países donde sí se les permita compaginar esa labor o en los que las condiciones laborales sean lo suficientemente buenas como para no tener que hacerlo. España, señala Arzúa, «a duras penas puede competir» con algunos de los países de su entorno en condiciones laborales que ofrecen a los médicos, tanto a nivel salarial como de jornada. «Incrementará la fuga de talento a otros países con condiciones más atractivas», asegura Arzúa, que reclama a los mandatarios que reflexionen sobre por qué hay una gran cantidad de médicos españoles que se van al extranjero cuando terminan la residencia. Según los datos de la Organización Médica Colegial, en 2023 -último año del que hay cifras- el 44 por ciento de los facultativos que solicitaron certificados de idoneidad, necesarios para trabajar en el extranjero, tenían menos de 36 años.

La asociación MIR España, apunta su presidente, entiende la «preocupación» de Sanidad por cubrir los puestos necesarios, pero opina que «con medidas coercitivas» no es la forma adecuada. Además, lamentan haberse enterado por este medio de una propuesta que les afecta directamente, sin que nadie les haya informado de forma oficial. En lugar de ir por esta vía, dice Arzúa, la administración debería apostar por «soluciones reales» como el incremento de plazas de oposiciones, la mejora de las condiciones o una planificación que incentive la permanencia.

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Elena Calvo

Los MIR lamentan además que la imagen que se proyecta de los médicos con este tipo de medidas no es positiva. « Se crea una percepción de que los médicos deben algo al sistema y se ignora el sacrificio personal y profesional que implica la formación», espeta el presidente de los residentes, que hace hincapié en que muchas veces los trabajos se dan en condiciones precarias. También critica la distinción respecto a otras profesiones que conllevan igualmente una formación en el sistema público y a la que no se les exigen estas condiciones. «El médico joven tiene capacidad suficiente para decidir qué es lo que quiere y si el sistema nacional de salud no le ofrece las condiciones adecuadas es libre de elegir el sector privado o irse a otro país», sentencia.

Precisamente en las condiciones laborales pone el foco Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC). «La exclusividad está muy bien pero para conseguirla de manera natural y lógica hace falta atraer talento. Y para eso hace falta generar condiciones que sean lo más atractivas posibles», sostiene. Con puestos estables en los que la investigación y la formación estén continuamente presentes no sería necesario «prohibir nada», afirma.

El presidente de la OMC hace hincapié en que la propuesta de Sanidad es de momento un borrador, y como tal puede conllevar cambios. «Se trata de que todos colaboremos para mejorarlo y generar plazas atractivas para que los profesionales se queden en este modelo, que es el pilar del bienestar social», concluye.

La propuesta de Sanidad para reformar el estatuto marco también contempla esta exclusividad para gerentes y directivos de centros sanitarios públicos, así como para los jefes de servicio. Además, la ministra Mónica García también quiere poner el foco en las reducciones de jornadas. «No te puedes coger la reducción de jornada para irte a la privada», dijo.

El sector privado, por su parte, también ha manifestado sus reticencias. Fuentes de la Alianza de la Sanidad Privada Española (Aspe) apuntan que una medida de este calado «puede tener implicaciones importantes para la planificación de los recursos humanos en un contexto ya complejo, marcado por la escasez», pues no se puede dar por sentado, consideran, que los profesionales vayan a optar por trabajar en la sanidad pública en exclusiva si tienen que elegir. La compatibilidad, opinan, contribuye a sostener el sistema sanitario. «Cualquier limitación a la compatibilidad debe estar dirigida a evitar, de forma muy precisa, los conflictos de interés. Prohibir la compatibilidad a los jefes de servicio de forma general es justo lo contrario», aseguran.