Casi 29 millones de españoles asisten a las procesiones de Semana Santa según el CIS

El porcentaje se reduce al preguntar por la participación en los oficios religiosos, las diferentes celebraciones del Triduo Pascual. Ahí, un 14,2% (alrededor de seis millones setecientos mil ciudadanos) afirman asistir regularmente a las celebraciones, mientras que un 29,6% (poco más de catorce millones), reconoce hacerlo en alguna ocasión. Unas cifras coincidentes, e incluso ligeramente superiores a los 8,4 millones que acuden regularmente a misa según los datos facilitados por la Conferencia Episcopal.

Las preguntas del CIS, incluidas en su estudio sobre cuestiones de actualidad del mes de marzo, plantea también resultados interesantes si se comparan los resultados con variables sociodemográficas como la edad o la orientación política.

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Con respecto a la primera, la encuesta parece desmentir que el fenómeno religioso sea cosa de viejos. Por tramos de edad, el porcentaje de los que participan en las procesiones es muy similar, en torno a la media del 23%. Cierto que el más alto es entre los de 75 y más años (27,7%), pero se mantiene muy regular en las franjas más bajas con un 22,2% de los encuestados de entre 18 y 24 años, y un 23,3% de los que tiene entre 25 y 24 años.

En cuanto a la orientación política de los asistentes a las procesiones de Semana Santa, en función del recuerdo de su voto en las últimas elecciones generales de noviembre de 2019, los votantes de Navarra Suma (Na+) son los más habituales en estos actos religiosos. El 75,8% de los votantes de la formación navarra asisten regularmente a las procesiones y el 24,2% de forma ocasional. En Vox, esta participación es, respectivamente, del 46,3% y del 38,3%; en el PP, del 38,5% y del 42%; y en el PSOE, del 18,6% y del 42,4%.

Llama la atención que entre quienes reconocen haber votado a Podemos en las últimas generales, un 6,7% participe de forma habitual en las procesiones y un 32,3% lo haga de manera ocasional. Unos porcentajes que se repiten en otras formaciones de izquierda. Así, el CIS viene a corroborar que, sociológicamente, España sigue siendo un país de capillitas.