Los médicos van cuatro días seguidos a la huelga en plena oleada de gripe

Temen que el colapso en los centros sanitarios provoque el enfado de los pacientes

Guerra total de la sanidad pública contra el ministerio de Mónica García

Médicos concentrados el pasado junio contra el Estatuto Marco RAÚL DOBLADO

Los médicos van a la huelga esta semana durante cuatro días seguidos en protesta por el proyecto de Estatuto Marco —la ley que regula las condiciones laborales del personal sanitario— que prepara el Ministerio de Sanidad y con la exigencia de tener una norma ... propia que recoja las especificidades de su profesión. Aunque el paro fue convocado a mediados de octubre, coincide ahora con momentos delicados para los centros de salud y hospitales, con el aumento de la demanda asistencial a causa del repunte de virus respiratorios como la gripe. El contexto, opinan algunas voces, puede llegar a perjudicarles, pero la causa, inciden, lo merece.

La semana pasada, tras reunirse con el Ministerio de Sanidad, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) decidieron seguir adelante con el paro ante los cambios «insuficientes» que el departamento de Mónica García ofreció llevar a cabo en su borrador de Estatuto Marco para tratar de frenar la movilización. La posibilidad de una norma propia sigue sin estar sobre la mesa y aunque reconocen que Sanidad ha hecho «mejoras» para acercar posturas, las siguen considerando escasas. «Queremos un ámbito de negociación propio e insistimos en un estatuto propio porque queremos que las condiciones del médico las negocie el médico, no las fuerzas sindicales», lanza Víctor Pedrera, secretario general de CESM. Las organizaciones de facultativos aseguran no sentirse representadas en el grupo que actualmente negocia la ley, donde además del ministerio están UGT, CCOO, CSIF, Satse y CIG-Saúde.

Pedrera está convencido de que los pacientes comprenden los motivos que les llevan a hacer huelga. «La sociedad conoce de sobra las condiciones laborales de los médicos y cada vez más entienden nuestra posición de hartazgo, no pensamos que esto pueda cambiar la opinión pública», asegura. Y aun así, defiende, el impacto en los centros sanitarios no será tan grave como el que se podría esperar por los servicios mínimos que han establecido las comunidades autónomas. «Se han pasado siete pueblos y han puesto servicios mínimos del 50%. Temen que el seguimiento sea alto, y como estamos a las puertas de la Navidad se han puesto la venda antes de la herida».

Pero lo cierto es que en centros de salud y hospitales ya desde hace un par de semanas se nota el aumento de pacientes que acuden por virus respiratorios y los profesionales creen que con la huelga médica esa presión se incrementará. Una parte importante de los médicos de atención primaria secundarán el paro, augura Leovigildo Ginel, coordinador del Grupo de Trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), lo que dificultará la asistencia en los consultorios, generando colapso y derivando muchas visitas a los servicios de urgencias. Pasado el paro, además, habrá trabajo acumulado, que no solo pasa por atender a los enfermos, recuerda este médico, sino también por tareas burocráticas como gestionar bajas y altas, muy frecuentes en esta temporada de virus.

Más agresiones

Y Ginel teme que la imagen de los médicos pueda verse afectada, así como que puedan aumentar las agresiones -especialmente las verbales- cuando los pacientes lleguen a los centros sanitarios y se encuentren con problemas o largas esperas para ser atendidos. «En general la población quiere y respeta a su médico, pero cuando llega y este no está, cambia la cosa», señala. Lo importante, dice, es que los pacientes sepan que los facultativos no van a la huelga por capricho, sino por cuestiones tan relevantes como las jornadas de hasta 70 y 80 horas semanales que a muchos les toca asumir, la no cotización para la jubilación de las horas de guardia o la escasa remuneración de estas, por debajo de la hora ordinaria de trabajo.

«Los primeros que saldremos perjudicados con la huelga seremos los propios médicos, pero la tenemos que hacer por dignidad. Supondrá que la población se enfade con los médicos y una sobrecarga de trabajo importante porque a la semana siguiente tendremos que resolver todo lo que no hayamos hecho en la anterior», prosigue Ginel.

La última propuesta de Sanidad no logra desconvocar el paro, con mejoras «insuficientes»

En los servicios de urgencias, ya estos días los problemas se dan sobre todo por las tardes, con más pacientes que acuden por gripe y, por tanto, mayores tiempos de espera. «Están aumentando los casos de una manera muy abrupta y estamos con un incremento en las atenciones de alrededor del 20%», afirma Juan González del Castillo, coordinador del Grupo de Infecciones de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Infurg-Semes).

Aunque las urgencias sufren todos los años en esta época la afluencia de los virus, esta vez con la huelga se notará más, considera González del Castillo. «Indudablemente, si el paciente no puede acudir a la atención primaria necesitará una respuesta y acudirá a urgencias», vaticina. También el paro de los médicos que trabajan en los hospitales afectará a estos servicios, pues si las altas que se dan son menos por falta de personal, habrá menos disponibilidad de camas para poder ingresar a los pacientes, que permanecerán más tiempo en las urgencias, avisa.

En la última semana la tasa de infecciones respiratorias en atención primaria ha crecido hasta los 643 casos por cada cien mil habitantes, con aumento de las incidencias de gripe, Covid-19 y bronquiolitis. Los profesionales creen que en las próximas semanas seguirá incrementándose.

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