Los médicos, desprotegidos ante agresiones y amenazas de pacientes: «Te voy a ir a buscar, te voy a follar y te voy a rajar»
Los sanitarios tienen la sensación de haber pasado de ser héroes a villanos tras la pandemia. En 2022 se batió un récord histórico de agresiones a la profesión médica, según el último informe del CGCOM
Las agresiones a médicos se disparan: «El daño psicológico es el que más tarde en curarse»
«Te voy a ir a buscar, te voy a follar y te voy a rajar». Es la amenaza que recibió la médica Mª Carmen Barreiro Montaña mientras atendía en urgencias del centro de Atención Primaria en el que trabaja. El paciente en ... cuestión intentó además agredirla, pero una trabajadora de la limpieza lo frenó.
El caso de Barreiro no es una excepción. De hecho, en 2022 se batió un récord histórico de agresiones a la profesión médica. En total se registraron 843 acciones violentas comunicadas a los colegios de médicos. Se trata de 231 más que el año anterior (un 38%), según el último informe del Consejo General de Médicos (CGCOM).
Estas cifras suponen que haya una agresión a un médico cada 10 horas, un dato alarmante de un problema que está «infradiagnosticado». «Hay muchos más casos de los que están registrados porque en muchos centros pequeños no hay personal de seguridad ni profesionales sanitarios suficientes como para hacer la denuncia», asegura el doctor Alejandro Andreu López presidente de la Fundación Mutual Médica.
Según explica, en los grandes centros u hospitales suele haber personal de seguridad que acude ante la agresión, retiene al atacante y llama a la policía, que se persona y entonces se le denuncia 'in situ' y se le cita para un juicio rápido. Sin embargo, este protocolo no existe en los pequeños. «Allí esto es impensable porque de entrada no hay personal de seguridad, apenas hay personal y además para denunciar tienes que desplazarte y dejar al centro y resto de pacientes desatendidos con una persona menos», explica Andreu.
De entre los médicos agredidos, más de la mitad (61%) son mujeres, una tendencia consolidada en los últimos informes del CGCOM. Barreiro cree que «si fuera un hombre no habría pasado». De hecho, puntualiza que en su centro ha habido dos agresiones y en ambas las víctimas han sido mujeres.
En el caso de la doctora, no llegó a haber una agresión física gracias a la rápida actuación de la trabajadora de la limpieza, que interpuso su carro entre Barreiro y el paciente para impedir el ataque. «Parece de risa, pero si no llega a ser por ella...», relata la doctora.
Afortunadamente la mayoría de incidentes no llegan al nivel físico. En el 84% de los casos se produjeron insultos y amenazas, mientas que el 16% restante fueron agresiones que acabaron en lesiones físicas, indica el informe.
«Estuve entre mes y medio y dos meses sin salir a la calle ni para pasear al perro porque me daba pánico»
Mª Carmen Barreiro
Médica de Atención Primaria a la que amenazó un paciente
Esto no significa que no haya consecuencias. Tras el incidente, la doctora no recuperó su vida normal hasta 9 meses más tarde. «Estuve entre mes y medio y dos meses sin salir a la calle ni para pasear al perro porque me daba pánico. Vivo en un pueblo muy pequeño y nos conocemos todos. Él sabía donde vivía y temía miedo de que se plantara en mi casa porque fue muy claro. Dijo: 'Te voy a ir a buscar, te voy a follar y te voy a rajar'», cuenta.
Al trabajo tardó en volver tres meses, pero por prevención hizo una reincorporación progresiva. «Me costó mucho volver a hacer vida normal», asegura Barreiro. Mientras tanto se celebró el juicio y lo ganó la doctora, por lo que el agresor tuvo que cumplir una orden de alejamiento de seis meses.
Agresiones por respetar el triaje
Al igual que en el caso de la médica, el mayor porcentaje de ataques, concretamente el 43%, ocurren en el ámbito de la Atención Primaria. En cuanto a las causas que las desencadenan, dos de cada diez agresiones no están relacionadas con atención médica o cuestiones asistenciales. Entre ellas destacan el tiempo en ser atendido, un mal funcionamiento del centro y los protocolos Covid-19.
Sin embargo, la mayoría (casi un 80%) se deben a discrepancias con la atención médica recibida, no recetar lo propuesto por el paciente, cuestiones relacionadas con la incapacidad temporal e informes no acordes a las pretensiones del enfermo.
El ataque que sufrió Barreiro estuvo desencadenado por el tiempo de espera. «Yo estaba en urgencias visitando a paciente y llegó una persona gritando que tenía que verlo. Ya me habían dicho desde mostrador que venía una persona muy agitada que decía que necesitaba que le atendieran porque le dolía el brazo. Yo le dije que no, que tenía que esperar», rememora.
El paciente siguió gritando, diciendo tacos y golpeando objetos según la doctora, por lo que le pidió que se tranquilizara. Fue en el momento en el que ella se dio la vuelta cuando el paciente intentó agredirme.
«Cada persona tiene que respetar el triaje», justifica la médica, que siguió un criterio médico por el cual se prioriza la atención de los pacientes más graves frente al resto.
Tanto Barreiro como Andreu coinciden en echar la culpa a la inmediatez y a la escasa tolerancia a las frustraciones que tenemos hoy en día ante la rapidez con la que obtenemos la mayoría de objetos o servicios por internet.
«Una de las causas que estamos estudiando es la demanda de inmediatez. En la medicina hay que tener paciencia, las patologías tienen su evolución, las pruebas complementarias no son tan rápidas», señala el presidente de la Fundación Mutual Médica.
De héroes a villanos
Además, ambos sanitarios notan que tras la pandemia han pasado de ser héroes a villanos. «Todos lo decimos, hay mucha más irritabilidad desde la pandemia. Los primeros meses de relativa normalidad había mucha más agresividad al menos donde yo trabajo… Después de tanto aplauso, luego éramos los culpables de todo», apunta Barreiro.
En este sentido Andreu añade también que la pandemia lo que ha provocado es un aumento de las consultas online y «estamos ya creyéndonos demasiado lo que nos dice el doctor Google». El doctor destaca que aunque hay fuentes «muy fiables» en internet, también se pueden encontrar «auténticas barbaridades».
«Una persona se puede asustar si lee algo y luego no se corresponde con lo que dice el medico. Esto genera una desconfianza y yo como paciente puedo querer unas pruebas que a lo mejor no son adecuadas y desde luego no son inmediatas», explica Andreu.
¿Cómo prevenir agresiones?
Para intentar que este tipo de acciones violentas no ocurran, Andreu explica que la Fundación Mutual Médica ha tomado un par de medidas. Una de ellas es un curso de prevención en colaboración con la OMC, la Policía Nacional y la Guardia civil que se basa en un curso online y se complementa con uno práctico. Además, dan una ayuda económica para paliar las consecuencias de esa baja laboral.
Estas dos medidas son tanto para mutualistas como para los médicos que no lo son. «Es para todos los médicos de España y es de forma gratuita», explica Andreu.
En cuanto a las claves para evitar una agresión, el especialista destaca que los médicos han de empatizar con el paciente, intentar buscar una solución y comunicarle al afectado que se está haciendo todo lo posible para que se le atienda cuanto antes.
Cuando esto no es suficiente, «hemos de intentar explicar a los pacientes el criterio que tenemos, los protocolos, el tiraje, etc», añade Andreu. Asimismo, en la medida de lo posible, el doctor aconseja evitar contacto directo con el paciente si ya ha mostrado signos de violencia y buscar una vía de salida.
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