Los médicos se concentrarán frente a Sanidad ante la negativa de Mónica García de darles una regulación laboral propia

Los médicos ya habían expresado su completo rechazo al borrador del anteproyecto de Estatuto Marco de Sanidad y habían amenazado con acciones de confrontación. La primera, aseguraron, sería una concentración, que ahora ya convocan. De seguir las discrepancias no descartan llegar a la huelga.

Además de esta concentración, los facultativos también se movilizarán a nivel autonómico el 10 de febrero, con acciones que definirán las organizaciones sindicales de cada región.

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Elena Calvo

Convocan las movilizaciones la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), la asociación de médicos y titulados superiores de Madrid (Amyts), el Sindicato Médico de Andalucía (SMA), Metges de Catalunya, Sindicato Médico de Euskadi o el sindicato médico de Galicia (Omega), entre otros. Las organizaciones ya suscribieron la pasada semana un manifiesto en el que mostraban su rechazo al proyecto de Sanidad y exigían una norma propia. Sin embargo, en una reunión que mantuvieron esta semana varias de las centrales con Mónica García, esta les trasladó que no se iba a trabajar en un estatuto específico para los facultativos. Fuentes de Sanidad señalaron entonces a ABC que su compromiso era el de elaborar un Estatuto Marco para todos los profesionales, teniendo en cuenta «las particularidades y excepciones» ligadas a los médicos.

Temas como la jornada, la clasificación profesional o las incompatibilidades son algunos con los que los médicos discrepan especialmente en la propuesta que Sanidad hizo llegar a los sindicatos. Los puntos sobre las jornadas de guardias, sus descansos o su remuneración, así como la categoría profesional que se establece para los facultativos no cumplen con las expectativos del sector, por lo que creen imprescindible una regulación específica «enfocada a que el Sistema Nacional de Salud mantenga su elevado nivel de calidad asistencial y un grado de satisfacción relevante por parte de la ciudadanía».

«Nosotros pedimos un estatuto de la profesión médica como hay en la mayor parte de los países», reclama el presidente de CESM, Miguel Lázaro, que insiste en la necesidad de contar con una norma específica que recoja «la singularidad» de los facultativos. «Somos trabajadores como los demás, sin ningún privilegio. Al revés, estamos penalizados con jornadas de 48 horas semanales, cuando se está hablando de 35 horas, o con agravios que no se han resuelto como que llevamos 14 años con la paga extra recortada», lamenta.

El presidente de CESM lanza también varias preguntas sobre las que considera que debería reflexionar Mónica García. «¿La sanidad pública de 48 millones de españoles va a mejorarla este estatuto? ¿Va a permitir captar, fidelizar y cuidar de la salud laboral de los médicos en un contexto de falta de profesionales? ¿Y va a parar el autoexilio y la fuga de los médicos? La respuesta es no», lanza. Lázaro destaca además que el anteproyecto de Sanidad haya unido a los 175.000 médicos representados por los sindicatos en toda España por su descontento sobre el texto. «Huyendo de la soberbia y con cierta humildad, (la ministra) se debería preguntar cómo es posible que toda la profesión estemos en contra», zanja.

Las reivindicaciones de los médicos, apunta por su parte Ángela Hernández, secretaria general de Amyts, son «históricas y justas», por lo que pide al ministerio que las escuche. Cree que Sanidad debería mejorar aspectos relacionados con la jornada o las guardias. «En el tema de la jornada complementaria de guardias, a cualquier trabajador que hace dos jornadas le cuenta para la jubilación solo un día, la diferencia es que nosotros estamos obligados a hacerlo hasta los 55 años», asevera. E insiste en que el ministerio considere y revise estos aspectos: «Por muy cómodo y eficiente que sea para el sistema, no puede serlo en base a la explotación y maltrato de los médicos y facultativos».

Pero Hernández confía en que durante la negociación de la norma se les escuche, pues como Lázaro, destaca la unión de organizaciones y sindicatos contra el proyecto de Sanidad y a favor de un estatuto propio. «Ojalá de verdad se escuche a la profesión y si se hacen modificaciones se hagan en el clima del diálogo y de construcción», reclama.