Los países de la UE apoyan acabar con el blindaje del lobo pese al rechazo de España

La decisión de este miércoles la han adoptado en la reunión de los embajadores de los países miembros (Coreper). Para que sea legalmente efectiva, esta medida ha de ser formalmente aprobada a su vez por los ministros en un Consejo (previsiblemente el de este jueves), pero el hecho de que los embajadores ya hayan dado su luz verde presupone que será adoptada formalmente. La aprobación ha sido posible gracias al cambio de posición de Alemania, que hasta ahora se abstenía en este debate y que finalmente ha votado a favor. España e Irlanda se opusieron a la propuesta, mientras que Eslovenia, Chipre, Malta y Bélgica se abstuvieron.

De ser la decisión ratificada por los ministros de los Veintisiete en el Consejo, el siguiente paso será presentar la propuesta ante el Comité Permanente del Convenio de Berna prevista para diciembre, un tratado internacional que incluye a un total de 50 países. De obtener luz verde aquí (se necesitan 2/3 de los votos), solo después sería el turno de la Directiva de Hábitats, que protege al lobo en la UE.

La propuesta de la Comisión Europea es aligerar el blindaje del lobo. Pasar de la categoría de «protección estricta» a la de simple «protección». Un portavoz de la Comisión ha insistido en que el lobo «seguirá siendo una especie protegida» y que los mecanismos alternativos a la caza de estos animales como las medidas de protección y compensatorias para los ganaderos «seguirán contando con el apoyo» del Ejecutivo comunitario.

En 2023, había manadas reproductoras de lobos en 23 países de la Unión Europea, con una población total estimada en alrededor de 20.300 animales, lo que hace que estas esquivas criaturas entren en contacto más frecuente con los humanos. Los datos de la Comisión apuntan a que los lobos matan anualmente al menos 65.500 cabezas de ganado en la UE, el 73% son ovejas y cabras, el 19% vacas y el 6% caballos y asnos. Los mayores daños al ganado se registran en España, Francia e Italia (entre 14.000 y 10.000 cabezas al año en cada país). En total se pagan unos 18,7 millones de euros al año en concepto de indemnización por los daños causados por los lobos.

«Adaptar el estatus de protección será un paso importante para atajar los retos que plantea el incremento de las poblaciones de lobos mientras mantenemos el objetivo general de lograr y mantener un estado de conservación favorable para la especie», ha dicho. Por el contrario, varias organizaciones ecologistas acusan ahora a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen de ejecutar una «venganza» contra todos los lobos, ya que en 2022 su pony Dolly fue víctima de un ataque de lobos y que por ello habría «utilizado su influencia para cambiar la legislación de la UE a través de acuerdos secretos».

A pesar de la futura modificación, los países tendrán la última palabra sobre el estatus del cánido en sus territorios, por lo que España podría decidir no rebajar el nivel de protección.

Los datos recopilados por la Comisión Europea estimaban en al menos 2100 lobos en España y al menos 300 manadas, con una tendencia entre estable y en ligero incremento. Otros estudios recientes, como el realizado por la Fundación Artemisan, cifraban en un 26% el incremento de la población desde el último censo nacional, de 2014, con una media de unos 2.800 ejemplares repartidos por el territorio, aunque mayoritariamente en Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria. «Sorprende que sea España, el país con mayor población de lobo, el único que se ha mostrado contrario a flexibilizar su estatus, haciendo caso omiso al aumento de las poblaciones que se ha dado en los últimos años», ha recalcado la organización.

«Ahora más que nunca, es necesario el diálogo con el Ministerio para la Transición Ecológica y Teresa Ribera, que no ha recibido a los ganaderos y agricultores en seis años que lleva como ministra del Gobierno de España, para que busquemos una solución consensuada», ha dicho el presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato.

Sin embargo, grupos conservacionistas como WWF apuntan a que los lobos son una especie clave para la salud de los ecosistemas y la biodiversidad en toda Europa. «Se trata de una decisión vergonzosa donde la Comisión Europea da la espalda a la ciencia y cede ante las presiones de los partidos y sectores más reaccionarios de Europa», ha dicho Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España. Estas organizaciones temen que el cambio en la protección del lobo obstaculice la población del lobo y, además, abra una caja de Pandora contra los grandes carnívoros en la UE, que acabe afectando también a los osos.