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«Síndrome de Cushing» en perros y gatos

Numerosos síntomas pueden responder a esta enfermedad. Será necesario diagnosticarla precozmente para evitar estadios avanzados, en los cuales, la propia vida de nuestra mascota podría correr peligro

CARMEN ANIORTE

En los centros veterinarios se observa, con frecuencia creciente, perros y algún gato afectados por el «síndrome de Cushing». Empezaremos por uno de los síntomas más frecuentes. Nuestro perro o gato bebe sin tregua. Podría llevar tiempo haciéndolo con exceso;en ocasiones, es tal la dependencia con el cuenco de agua, que ni siquiera se alejan del mismo. Como consecuencia, nuestro compañero orina en demasía. Largos «pises» incoloros encharcan de manera inusual los suelos incluidos, en ocasiones, los del propio domicilio.

«Ahí lo tenemos, es el síntoma común en el Síndrome de Cushing, la polidipsia (aumento de ingestión hídrica) y la poliuria (aumento de excreción de orina)», comenta el doctor Javier Álvarez de la Villa, del madrileño Centro Veterinario Víctor de la Serna. Aquí, el denominado «síndrome de Cushing» se comporta como un «gran imitador», pues produce exactamente el mismo síntoma que una Diabetes Mellitus o una insuficiencia renal, o una diabetes insípida, por poner algún ejemplo. Tendremos un animal angustiado que, horror, incluso se orina en el hogar. Consecuentemente, propietarios alarmados querrán conocer la causa y, evidentemente, la solución.

Vientre hinchado

Otro síntoma curioso de esta multiforme enfermedad, podría ser el vientre hinchado. Animales «barrigones», hinchados, que habrían perdido su estilizada figura. Además, estas víctimas de la sofisticada patología, se muestran agotados y jadeantes. «El cambio aparecerá insidiosamente durante períodos largos, es decir, traicioneramente, pues, en el día a día, el propietario podría no percatarse, hasta que llegaría a un nivel en el que se evidencia notablemente », como asegura el doctor Álvarez de la Villa.

Nuevamente aquí, el síndrome de Cushing actúa «imitando» a otras enfermedades como el hipotiroidismo , la cirrosis hepática, los síndromes de hipoalbuminemia, las organomegalias y los tumores intraabdominales, por poner algunos ilustrativos y frecuentes ejemplos. Nuevamente, el propietario acudirá a los centros veterinarios, en pos de una explicación y , sobre todo, de una solución o al menos un alivio.

Pérdida de pelo y no en la cabeza

Otro síntoma común apreciado con frecuencia en los Centros Veterinarios es la pérdida de pelo, la calvicie. En humanos es bien conocida. Afecta a la región de la cabeza para desespero de muchos hombres y alguna mujer. En los animales de compañía, más que a la cabeza,podría producir áreas lopecicas bastantes extensas en el tronco del animal. El pelo llegaría a debilitarse en xtremo y, en ocasiones, nuestras mascotas quedarían desnudas expuestas a las inclemencias , a las radiación ultravioleta solar, al frío y al calor. Nuevamente tenemos al «síndrome de Cushing» como «gran imitador». Enfermedades como el hipotiroidismo, la alopecia X, la demodicosis, las displasias foliculares congénitas y otras, compartirán este molesto y poco estético síntoma. Otra vez la visita al Veterinario, donde habrá que realizar un esmerado diagnóstico diferencia,orientado, cómo no, al auxilio del aquejado animal.

Hambre extrema

Veamos otro síntoma: Animales voraces que ingieren todo lo que se encuentran. Husmean y buscan con obsesión. Engullen sin tregua, se atragantan,salivan con gulosa expresión demandante. Los propietarios suelen coincidir en que su hambre «no tiene fin». Jamás parecen saciados. Aquí el «síndrome de Cushing» vuelve a parecerse a la fase polifagica de la Diabetes Mellitus . Para complicar un poquito más las cosas, el animal enfermo podría presentar uno, dos, o varios síntomas a la vez. Es decir, hay animales que son polifagicos ( voraces) , otros polidipsicos (beben mucho) , otros sólo con alopecia, o el caso más llamativo, en el que este síndrome se presentara en todo su esplendor: tendremos un perrito agotado, jadeante, voraz en extremo, que bebe sin tregua, que orina en el hogar, con tronco en tonel y encima calvo. ¡Vaya papeleta!

«Todo eso se puede solucionar, pues todos los síntomas convergen en la misma causa y, tras el reconocimiento y diagnóstico, existe tratamiento eficaz», asegura el responsable del Centro Veterinario Víctor de la Serna.

Produce pavor

Como hemos visto, puede llegar a ser muy multiforme y florido. Nuestra mascota se suele encontrar mal. Lo que podemos investigar en internet, suele malinterpretarse y alarmar en exceso. Actualmente, las expectativas veterinarias han mejorado mucho y,en particular, con esta enfermedad. Los síntomas podrán revertir poco a poco hacia la dignidad existencial de nuestro querido compañero, ¡ eso es lo que cuenta! Vamos a hablar hablando someramente de los Análisis y cómo se encuentran importantes alteraciones. El hígado aparece sobrecargado, las enzimas hepáticas pueden elevarse multiplicando su valor normal. La glucosa aumenta. Los glóbulos blancos muestran un leucograma de estrés con linfopenia y neutrofilia. La orina baja de densidad y aparece transparente, como agua. Como vemos, el animal ésta mal por «dentro» y por «fuera».

Todo ello por un aumento de la producción de cortisol endógeno, es decir, nuestro quejado animal produce un exceso de corticoides en sus glándulas adrenales, de ahí que se conozca al «síndrome de Cushing» como hiperadrenocorticismo adrenal. «Ahora todo cuadra, ¿verdad? Hormonas que funcionan mal y equilibrios orgánicos que se pierden de manera peligrosa y angustiosa. Les tenemos que ofrecer una más que satisfactoria solución veterinaria», comenta Javier Álvarez de la Villa. Sin duda, se lo merecen.

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