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Perro de campo, perro de ciudad: iguales pero diferentes

Iguales, pero diferentes en cuanto a comportamiento y sobre todo por sus motivaciones y condiciones vitales . Además difiere su resistencia orgánica, su capacidad digestiva, su estado corporal e incluso las enfermedades que les amenazan cambian en orden de importancia

Carmen Aniorte

El perro de ciudad convive muy cercano e integrado en el núcleo familiar . Es uno más, y en muchos casos sus propietarios, involuntariamente, les han educado como a un humano, y el perro deja de ser perro para convertirse en «niño mimado». Estamos ... ante un error que traerá consecuencias; por ejemplo, aparece la «Ansiedad por separación», no podrán estar solos. Llorarán y llegarán a destruir enseres o a utilizar en el hogar el vaciado de esfínteres . En la ciudad, la primera noche cuando el perro lloró, se le introdujo amorosamente en la habitación y, en muchos casos en la propia cama. No sólo esto, ante la menor demanda durante el día, se le atendió con todo tipo de mimos. Al despedirnos de él cada día, parecía que jamás nos volviéramos a ver ,y al regresar, lo saludábamos como si no existiera un mañana. «Hemos creado sin quererlo, un ser ultra dependiente , un mimado que no sabe estar solo y que sufre ansiosamente las consecuencias. Esto, en el CAMPO no sucede», comenta para ABC el veterinario Javier Álvarez de la Villa del Centro Veterinario Víctor de la Serna.

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