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Ellos también sufren artrosis

Las patologías articulares son frecuentes en nuestros animales de compañía. Factores tales como la obesidad, la falta de ejercicio, los ejercicios inadecuados, el tipo de raza, la alimentación e incluso las enfermedades infecto-contagiosas son la clave

CARMEN ANIORTE

Estas patologías en los perros son más frecuentes que en los gatos. Estos últimos gozan de un esqueleto axial y apendicular que les confiere una gran elasticidad, y raramente se enfermará . Aún así, los felinos podrán desarrollar alteraciones esqueléticas y articulares que podrían pasar desapercibidas debido al «disimulo» de las patologías que en concreto esta especie suele realizar.

El factor racial podría ser importante. Los perros grandes presentan más casos de patologías relacionadas con el crecimiento. Un ejemplo es la Displasia de cadera. Su origen -como comenta el doctor Javier Álvarez de la Villa, del Centro Veterinario Víctor de la Serna- « es genético . La articulación coxofemoral, es decir, entre la cadera y el fémur, crecerá mal conformada. Dicha articulación sufrirá un estrés de fuerzas y presiones, que determinan la aparición de enfermedad articular crónica, lo que conocemos como artrosis».

Artrosis: los síntomas podrían advertirse con facilidad. El animal siente dolor, cojea, podría renunciar al juego, al ejercicio e incluso al paseo regular. El diagnóstico veterinario es primordial. Una adecuada exploración del aparato locomotor determinará una o más articulaciones con sensibilidad dolorosa, crepitación, rigidez. Finalmente el diagnóstico radiológico será imprescindible para « categorizar » el tipo de displasia según los daños presentados y así efectuar los tratamientos adecuados. La displasia de cadera también se presenta en perros más pequeños, pero en ellos la afección tendrá un carácter de menor gravedad, debido al menor peso que la articulación dañada ha de soportar.

En las razas de menor tamaño podrían aparecer otras enfermedades de crecimiento en las caderas, como la necrosis avascular de la cadera del fémur. Siendo esta patología muy dolorosa y requiriendo, en gran número de ocasiones, tratamiento quirúrgico . Los codos, como la cadera, son articulaciones de vital importancia en la locomoción y, con frecuencia, se verán alterados. Son articulaciones complejas en las que participan tres huesos: el húmero, el radio y el cúbito.

Tres superficies articulares y múltiples ángulos y apófisis. «Es decir, estamos ante una articulación compleja y por tanto delicada, a la par que resistente », asegura el veterinario Álvarez de la Villa. En los codos también podrán aparecer procesos de displasia. Una mala conformación de origen genético podría desarrollarse durante el periodo de crecimiento del perro. Con el paso de los meses, dicha articulación podría no soportar las exigencias diarias de juego y ejercicio. Aparece la cojera, el dolor y, en suma, el sufrimiento de nuestras mascotas. La displasia de codo merece especial atención en razas de perros grandes, como el Pastor Alemán, el Labrador, el Golden Retriever entre otros, pero también en pequeñas como Pekinés, Lhasa Apso, Bulldog y otros condrodistróficos (es decir, perros «chatos»).

Consejos

Hemos repasado algunas enfermedades ligadas al crecimiento de nuestros perros. Por desgracia existen más y no son infrecuentes. Durante el crecimiento, los consejos de nuestro veterinario de cabecera serán cruciales. El ejercicio adecuado y una alimentación óptima, evitando la sobre alimentación y obesidad que podrían sobrecargar dichas articulaciones.

Además, aconsejará el ejercicio más adecuado en función de la edad, evitando sobre esfuerzos articulares (no forzar la máquina). Un ejemplo es la borreliosis o enfermedad de Lyne que se transmite por picadura de garrapata. El animal enfermo podría estar febril, inapetente, apático, triste y con grave cojera. «Será necesario un rápido diagnóstico a fin de instaurar tratamiento etiológico», comenta el veterinario. Las garrapatas también podrían transmitir gérmenes patógenos con implicación grave articular, como la erliquiosis, y en el caso de los mosquitos, la temible leishmaniosis . En las enfermedades infecto contagiosas, más de una articulación suele estar afectada, siendo frecuentes las poliartritis. Pero además, podrían ir acompañadas de complejas patogenias e implicación de otros órganos vitales como riñón, hígado, ojos, etc. Es por tanto imprescindible un diagnóstico precoz a fin de evitar deterioro orgánico y sufrimiento de nuestra mascota.

Reuna y otros padecimientos articulares

Todos hemos oído hablar de él. A nuestros pequeños animales también les podría afectar. Esta enfermedad es más frecuente en las razas más pequeñas que en las grandes. El colágeno se afecta y pierde sus propiedades fisiológicas, las articulaciones se deforman. El dolor podría hacerse insoportable. Nuevamente un diagnóstico precoz es esencial para instaurar un tratamiento expeditivo y eficaz. La calidad de vida de nuestro compañero está en juego. Siguiendo con las enfermedades de carácter sistémico, toca hablar del Lupus eritematoso sistémico.

La cojera intensa en más de una articulación, fiebre, alteraciones cutáneas y renales caracterizan a esta compleja enfermedad . Aquí , la salud del animal está en juego. El tratamiento en los Centros Veterinarios es prioritario. La Poliartritis autoinmune es otro extraño padecimiento articular que afecta a todas las razas caninas. La alteración del sistema inmune se dirige esta vez a las delicadas articulaciones. Nuestro perro puede mostrarse apático, negarse a hacer ejercicio y sufrir importantes muestras de dolor. Pero no siempre los trastornos tienen un carácter tan grave. Un simple pincho o cristal de pequeño tamaño podría lacerar o incrustarse en una almohadilla de una de sus patas. Será necesario su extracción y cura.

Las cojeras también pueden tener un origen neurológico y son ciertamente frecuentes. Básicamente, cuando el impulso nervioso no llega al músculo, este no se contrae y aparece cojera por debilidad . Dependiendo del lugar de la afección, en el sistema nervioso central o periférico, una, dos o las cuatro extremidades podrían verse afectadas. En ese caso, nuestra querida mascota se moverá con dificultad, no podrá subir un escalón o al sillón como de costumbre e incluso se levantará con bastante dificultad cuando está echado. El tema de las cojeras es interminable y a modo de conclusión desde el Centro Veterinario Víctor de la Serna apuntan que «es necesario un certero diagnóstico en las consultas veterinarias, que determinará un amplio abanico de modernos y eficaces tratamientos médicos, además de la inestimable ayuda de la fisioterapia especializada».

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