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Cuando todos critican al padre

Nuestra obligación es proporcionar a los hijos competencias generales y que desarrollen sus fortalezas personales

JOSÉ ANTONIO MARINA

El discurso educativo se ha hecho pesimista y dramático. Casi siempre que hablamos de educación lo hacemos en términos apocalípticos. Es cierto que educar es difícil, pero creo que debemos recuperar una actitud más optimista, animosa y activa. Tenemos los medios, los conocimientos y las ... oportunidades de educar bien, y solo nos falta la decisión de hacerlo. ¿De dónde debe surgir este movimiento de renovación? Sin duda, de la sociedad en su conjunto, pero los dos protagonistas, los dos focos de la conciencia social educativa, han de ser las familias y las escuelas. No separadas, sino unidas. Padres y docentes forman el equipo pedagógico básico, y debemos elaborar una pedagogía compartida que permita que la casa y la escuela no sean espacios separados o antagónicos, sino cooperadores. Cada día se habla más de un «complementary learning», de un aprendizaje complementario entre ambas instituciones, pero esta idea tan elemental encuentra muchas dificultades para ponerse en práctica. Hay que vencer perezas y recelos por ambos lados. Todos los estudios indican que los padres solos no pueden educar bien, pero que la escuela sola tampoco puede hacerlo. Por ello, este artículo pretende ser, además de una exposición de motivos, una llamada a la acción, dirigida a la sociedad.

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