Malestar entre los vecinos por un «recurso con ganas de fastidiar»
Los tordesillanos comienzan sus fiestas divididos entre la «injusticia» y la apatía ante una posible suspensión
Tordesillas (Valladolid)
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Iniciar sesiónTordesillas (Valladolid) inauguró ayer sus fiestas sin saber si podrá celebrar el programa completo. La tarde era para vestirse de gala, juntarse en bares y bailar en la calle, pero la petición contra reloj del Gobierno no dejó de despertar incertidumbre, malestar o, cuanto ... menos, la apatía frente a un tema por el que muchos vecinos se sienten injustamente perseguidos.
«Este recurso de última hora no puede ser otra cosa que ganas de fastidiar», opina Luis, vecino de Tordesillas. «Podrían haberlo pedido hace meses», justifica. Sus amigos y él esperaban que Cianny, la venezolana del grupo, pudiese ver esta nueva versión del Toro de la Vega. «Creo que no sería correcto quitarlo después de haberlo 'reactivado'», valora ella. Pero ambos piensan que, después de haber estado suspendido, si ahora se cancelase el festejo «habría revuelo, pero nada exagerado». También Raúl cree que la gente «pasará» si se prohíbe, algo que califica de «injusto», pues con la nueva normativa se trata de «un festejo como cualquier otro». El grupo jalea: «¡Nos importa más el precio de la luz!». No obstante, otra mujer de la mesa se resigna y dice con disgusto que «esto se ha puesto de moda y hay que hacerle seguimiento».
Un grupo de más edad, compuesto de «parroquianos» del bar Santi, no oculta su enfado y critica que «se metan y opinen desde fuera» y quieran quitarles las fiestas del pueblo mientras les ponen «a caer de un burro».
«Para este tema, hay radicales en ambos bandos, y a mí me molesta mucho que se conozca a Tordesillas por el toro con la de historia que tiene», refiere Laura, una peñista de veintitantos que piensa que «no es lo mismo que un encierro». La joven asegura que algunas amigas han sido apedreadas por el mero hecho de ser de allí, sin estar siquiera a favor del evento. Aunque saben que en otras son acérrimos, en su peña «no somos muy de toros». Y a su lado María, que se define abiertamente como antitaurina, lo considera maltrato y reflexiona sobre que quizás sin esta fiesta «se atraería otro tipo de turismo».
Aunque no todos se posicionan a favor o en contra del torneo, muchos llaman la atención sobre detalles de lo que supone. Por ejemplo, para el bolsillo. «Estando tan cerca... sería una pérdida de dinero, hay mucha inversión solo en el toro o el sobrero (toro 'suplente')», señalan los jóvenes Óscar, Luis y Pedro, que piensan que saldrá adelante para no tirar esos entre 10.000 y 12.000 euros que calculan, se ha gastado el Ayuntamiento. Y si no, «el pueblo se quejará».
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