El lugar perfecto, capaz de soportar temperaturas superiores a 50 grados
Conozcamos las claves de esta ciudad para soportar un calor extremo
La ropa refrigerante que te protegerá frente a las olas de calor
Arquitectura subterránea frente a los desafíos del clima: ahondar en la tradición para anticipar el futuro
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Iniciar sesiónGhadames es una ciudad de Libia, apodada 'la perla del desierto' y patrimonio de la Unesco, está sometida a temperaturas que perfectamente pueden alcanzar los 50 grados en verano y descender a bajo cero en invierno. Pese a ello, se ha convertido ... en un gran ejemplo de planificación ambiental con medios mínimos. De ahí que sea considerada una de las mayores obras arquitectónicas del Sáhara. Es un lugar donde impera el blanco, las líneas sinuosas, los laberintos de luces y los juegos con los vientos del desierto. Un oasis capaz de mantener una temperatura de confort de 20 grados para los que pasean por sus calles. De modo que dónde reside su secreto. Cómo sobrevive a temperaturas extremas, mientras hoy las grandes ciudades se han convertido en ollas humeantes azotadas por las altas temperaturas.
De hecho en los 80, Muammar Gaddafi ordenó la construcción de una nueva ciudad al lado. Pero los bloques de apartamentos de hormigón palidecen frente al frescor que aporta la ciudad vieja, donde los habitantes se resguardan bajo la agradable sombra de las datileras. Ghadames demuestra, según la Unesco, la extraordinaria respuesta humana a la vida en un entorno increíblemente duro.
«Es una de las ciudades presaharianas más antiguas, su estructura fue desarrollada por los árabes musulmanes en el siglo VII. Y su arquitectura doméstica se caracteriza por una división vertical de funciones: la planta baja destinada a almacén de víveres; luego otro piso para la familia, las calles son casi una red subterránea de pasillos; y, en la parte superior, hay terrazas al aire libre reservadas para las mujeres», establecen.
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Alexia Columba JerezCombinación de estrategias
Antonio Orihuela, profesor de investigación del CSIC que estuvo en Ghadames en 2006, nos señala que su clave es una arquitectura de tierra mediante adobe, que son grandes ladrillos de barro sin cocer recubiertos también con un mortero a base de barro. Muchas de esas calles están totalmente cubiertas y solamente de vez en cuando, cada quince o veinte metros, tiene un pequeño pozo de luz por el que entra el sol.
Y matiza «más que el sol, la iluminación, porque el sol no llega abajo, con lo cual no calienta esas calles. Y las casas tampoco, porque en lugar de un patio, lo que tienen en la habitación central es un agujero en el techo de poco más de un metro cuadrado por el que penetra un poco de luz». De tal manera que esa falta de soleamiento unida a la inercia térmica que tienen los gruesos muros de tierra es lo que hace que las temperaturas se mantengan agradables con independencia de lo que ocurra en el exterior. En suma, "es una ciudad protegida por un oasis fortificado", explica.
Grandes muros
Pablo Garrido, director de Tecnología del Estudio b720 Fermín Vázquez Arquitectos y profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña de Tecnología, desgrana estas ideas y la combinación hábil de estrategias que hay en la base de esta ciudad.
El tema es que luchar contra el calor no es fácil. Es más fácil combatir el frío y todo se puede solucionar con máquinas. Hoy en día pones calefacción o la refrigeración y lo tienes resuelto. Pero apunta que conseguir hacerlo de una manera natural, eficiente y pasiva supone contar con la sombra, por ejemplo, de hojas de palma, cosa muy típica del norte de África y de los zocos.
«Pero claro, si el aire está a 40 grados, sigue estando a 40 grados, de forma que para tener sensación de frescor contamos con la inercia térmica de los muros de Ghadames. Eso es típico de paredes gruesas como las de las catedrales, los edificios antiguos o en este caso de las ciudades africanas que se construyen con muros muy gruesos de tierra, que son además materiales poco conductores. Con lo cual lo que consiguen es amortiguar mucho las oscilaciones de temperatura», señala Garrido.
Además, «si quieres tener una mochila energética extra intentas favorecer que a esos muros no les dé el sol, que estén a la sombra o sean de colores muy claros, y si puede haber aire circulando cerca de esos muros mejor». afirma Garrido.
Calles onduladas
De ahí que otra de las características de Ghadames sean sus pasajes curvos de calles onduladas. Ya que cerca del desierto, las tormentas de arena son un problema. La estrategia, describe Garrido, es ir rompiendo esa circulación de aire directa con pasillos largos y curvos que hace que se detenga un poco el paso del viento y la molesta arena.
«Y también en muchos de estos pasajes lo que se hace es abrir perforaciones en el techo, de manera que se generan microcirculaciones de aire interior. Porque el aire cuando se calienta tiende a subir hacia arriba, y si tiene una pequeña escapatoria, lo que hace es salir hacia el exterior, succionando algo del aire de abajo. Con lo cual tienes pequeñas corrientes de aire agradables», establece el arquitecto Garrido.
Tragaluces
Orihuela añade que esas pequeñas aberturas en los patios de las casas en caso de tormenta de arena, las pueden tapar con una plancha de madera, para evitar la arena.
Además esos tragaluces, especialmente en verano, reciben de forma mucho más vertical el sol que una fachada, y como explica Garrido entra una importante cantidad de luz incluso con perforaciones relativamente pequeñas. Y los habitantes de las casas también han colgado espejos y ollas para refractar la luz y conseguir cuartos más iluminados que descubren que tras las fachadas blancas existen unos interiores coloridos.
Color blanco
Asimismo, destaca que el tono blanco domine el paisaje de Ghadames. Es el color más reflectante. «Igual puede reflejar el 80% o más de la radiación incidente. «Y aparte de la cal que es lo que aporta el blanco, tenemos arcilla mezclada con paja para el muro que impide que se transmita fácilmente el calor hacia el interior».
Un ejemplo tangencial, pero reciente en ese sentido es la fomra de combatir el fenómeno de las islas de calor de Madrid. El profesor Garrido nos explica que esto es una tendencia que surgió en Los Ángeles, en Estados Unidos.
El tema de la isla de calor tiene que ver con que en las ciudades están llenas de muros, fachadas, y sobre todo de asfalto de colores muy oscuros que son muy absorbentes- a diferencia de los colores claros- y acumulan mucho calor, y a lo mejor Madrid puede tener temperaturas de isla de calor que generan diferencias de 5 grados con respecto a la temperatura de su periferia. Y la solución que se encontró fue usar una pintura blanca con un material llamado «CoolSeal» para combatir el calor.
El uso del agua
Otro punto a favor de Ghadames es su uso inteligente del agua. Orihuela indica que «la ciudad se basa en un gran manantial que hay en el centro que recoge aguas del nivel freático. Y también de las canalizaciones subterráneas, y después se distribuye por toda la ciudad y por todos los huertos que la rodean, porque aquello realmente es un oasis verde alrededor de la ciudad, de huertos familiares cercados por tapias».
En ese aspecto, Garrido también destaca que es una manera natural de aprovechar la humedad. «En los ambientes húmedos, cuando hay estanques, fuentes o vegetación ocurre un fenómeno de evaporación. De manera natural, un vaso o un plato con agua sin hervirla, poco a poco se va evaporando. Y para cambiar de fase de líquido a gas, necesita calor y lo que hace es bajar un poquito la temperatura que hay alrededor del material. Por eso cuando tenemos fuentes o estanques siempre tenemos una sensación mayor de frescor. Es una estrategia que observamos en la Alhambra», apunta Garrido.
Un rompecabezas brillante
Y paseando por la ciudad podemos ver parapetos bajos, escalones y pasillos que conectan cada hogar con su vecino. Efectivamente, Garrido explica que en la ciudad italiana de Matera se dan estos cambios de niveles. «Las estancias que están más abajo, lógicamente será donde se acumulará el aire frío, porque es más denso, de manera que unas zonas estarán más frescas, simplemente por la posición. Favoreciendo una ventilación cruzada entre los espacios», afirma.
Todo esto es un rompecabezas de arquitectura tradicional genial. La verdadera lección de Ghadames para la arquitectura es la humildad. Garrido indica que en el mundo moderno aprietas un botón y puedes tener el ambiente refrigerado de manera instantánea, pero esto ha empezado a entrar en crisis, porque la energía es un recurso limitado y muy valioso. Y el metro cuadrado de la ciudad es muy caro.
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«El material con el que está hecho toda esa ciudad es absolutamente sostenible, porque se usa la misma tierra del lugar, absolutamente kilómetro cero. Sin prácticamente usar energía de transformación, sino simplemente se trata de apilar con gruesos muros, con lo cual también es una absoluta elección de construcción. Nuestros antepasados que lo hacían mejor que nosotros.
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