Un lobo mata a Dolly, el pony preferido de Von der Leyen

Hasta ahora, los animales de la región habían estado matando ganado vacuno y ovino, lo que ocasionaba reiteradas peticiones de los ganaderos de una acción gubernamental contra el depredador. En este caso la víctima fue Dolly, de 30 años, que pastaba libremente junto a otro pony, que resultó solamente herido.

«La imagen habla de una larga lucha«, describió su marido, Heiko, que fue quien descubrió la mañana del 3 de septiembre el cuerpo desventrado en el potrero, situado en el distrito de Beinhorn y a solo unos cien metros de la casa familiar. «Toda la familia está terriblemente impresionada y dolorida por la noticia», ha reconocido von der Leyen. Dolly ha formado parte de la infancia de sus siete hijos y era muy querido también por sus nietos. El patrón de mordida coincide con la mandíbula del lobo, por lo que «todo indica que ha sido obra de un lobo», ha informado un portavoz del Ministerio de Medio Ambiente de Baja Sajonia, «los expertos lo revisaron sobre el terreno y el patrón de mordida encaja».

Para descartar cualquier ambigüedad, además, se ha ordenado un análisis de ADN que permitirá identificar al lobo si es uno de los correctamente censados. El pasado 10 de agosto varios habitantes de la región habían advertido del avistamiento de un lobo solitario en los alrededores de Hannover-Hainholz.

El Ministerio de Medio Ambiente de Baja Sajonia asume que actualmente hay 39 manadas de lobos en su territorio y cuatro lobos solitarios. En total calculan un total de 350 lobos cuya formación en grupos va variando, porque los lobos jóvenes se separan de su manada y tratan de establecer su propio territorio, y cuyo número aumenta constantemente.

«Tenemos en la región el mismo número de lobos que habitan en toda Suecia», estima la asociación de conservación de la naturaleza Nabu. El seguimiento de los lobos lo lleva a cabo la Asociación de Cazadores del Estado de Baja Sajonia en nombre del Ministerio de Medio Ambiente. En consecuencia, documenta el desarrollo de la población, los avistamientos de lobos y los ataques. Por trtarse de una especie estrictamente protegida desde finales de la década de 1990, el número de territorios que ocupan crece alrededor de un 32% cada año en Alemania, con un total de 158 manadas a final de 2021. Pero la población de lobos en Baja Sajonia, por su densidad y ferocidad, ha sido nuevamente motivo de debate. «El estado de Baja Sajonia defiende la protección del lobo como especie», dice el Ministerio de Medio Ambiente, «no obstante, la protección de las especies debe sopesarse frente a otros intereses igualmente dignos de protección como la seguridad humana y la del ganado o los animales salvajes». Los lobos matan ganado y caballos, según el seguimiento de lobos realizado por la Asociación de Cazadores del Estado de Baja Sajonia.

Los ataques en los que el lobo fue identificado oficialmente como el culpable se saldaron con 123 cabezas de ganado muertas en 2015, 383 en 2018,1078 en 2020, para retroceder en 2021 a 804. También se habla de avistamientos en áreas habitadas por personas densamente urbanizadas. En el comportamiento habitual que estudiamos en los libros de texto, el lobo evita a los humanos. Sin embargo, los lobos jóvenes que dejan su manada y no ven a los humanos como un peligro no pueden aprender a tener miedo de los humanos y prevalece la curiosidad sobre un posible suministro de alimentos», describe la situación el ministro regional de Medio Ambiente de Baja Sajonia, el socialdemócrata Olaf Lies, tras incursiones de lobos en las poblaciones de Eilenriede y Leinemasch. A Lies le gustaría expandir la caza de lobos, pero de momento está restringida por la Ley Federal de Conservación de la Naturaleza.

Lies recuerda que, de acuerdo con la misma ley, los animales que se comporten de manera llamativa con las personas pueden ser «eliminados letalmente», sobre todo cuando la población de lobos ha superado los mínimos recomendadas de protección y corren el riesgo de causar daños económicos significativos o graves. «Con el aumento de la densidad de lobos», sugiere, «surge otro límite: el nivel de aceptación, es decir, la cantidad de lobos que la gente aún acepta en el contexto económico y cultural».