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«Me llamo Ana en La Coruña pero sigo siendo Juan en Lugo»: el surrealismo de la improvisada ley Trans

confusión en los registros civiles

El BOE publica las reglas para cambiar de sexo, con un matiz en la operatividad de los registros civiles: van a convivir los formatos tradicionales y los digitalizados

Será un proceso que puede durar «muchos años». En las oficinas más antiguas se siguen haciendo anotaciones manuales

Amelia Valcárcel: «Confío en la sensatez del PP para que derogue la ley Trans»

Manifestación a los pies del Congreso, el pasado 5 de octubre, contra la primera votación de la ley Trans Jaime garcía
Érika Montañés

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El Ministerio de Igualdad prometió, cuando vio la luz la controvertida ley Trans en el Parlamento el pasado mes de febrero, que «se ponía fin a la pesadilla» que habían afrontado hasta el momento las personas transexuales para cambiar de nombre y sexo ... en los registros civiles. Con la normativa en la mano afrontaría un plazo máximo de cuatro meses desde que acudiera a la Administración para ver su metamorfosis hecha realidad, no necesitaría ya presentar informes médicos ni diagnósticos psiquiátricos. Y el trámite se convertiría en un procedimiento muy sencillo y ágil, que se ratificaría al cabo de seis meses con posibilidad de reversión de la decisión inicial de esa persona. La única persona ante la que se rendirían cuentas sería el funcionario del Registro Civil. Pues bien, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la ley Trans el pasado 1 de marzo y el pasado sábado 3 de junio publicaba en el mismo cuaderno de bitácora del Gobierno una instrucción paralela que da cuenta de la improvisación que ha envuelto la aprobación de esta norma.

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