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A juicio el cirujano francés acusado de abusar y violar a 300 niños durante décadas

Entre el material que la policía encontró, Le Scouarnec tenía dosieres sobre sus víctimas

Bayrou reconoce «actos abminables» en el instituto de sus hijos y las víctimas de abusos piden su dimisión

Boceto de 2020 que representa a Joel Le Scouarnec en un juicio AFP
Juan Pedro Quiñonero

Juan Pedro Quiñonero

Corresponsal en París

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Este lunes comienza en Vannes (Morbihan), en la Bretaña sur, el histórico juicio contra Joël Le Scouarnec (74 años), considerado el pedófilo más atroz y escandaloso de la historia de la criminalidad sexual en Francia, acusado de violar y violentar a 299 niños y niñas de 7 a 9 años de edad, entre 1989 y 2014.

Médico especializado en cirugía del estómago, nacido en París en el distrito XIV, Le Scouarnec ya fue condenado en dos ocasiones. En 2005 fue condenado a cuatro meses de prisión con remisión de pena por tenencia e importación de imágenes pedófilas y pornográficas. En 2020 fue condenado a quince años de cárcel, firme, por violencias y violaciones pedófilas agravadas.

Le Scouarnec estuvo fichado por la policía como pedófilo desde el principio de su carrera como médico. Sin embargo, el alcance inquietante de su comportamiento durante varias décadas, desde los años 80 del siglo pasado, solo pudo conocerse, con precisión clínica, policial, tras las revelaciones que siguieron a su primera condena.

Le Scouarnec estudio en París y Nantes, entre 1976 y 1981, cuando contrajo matrimonio, pronto «fallido«, para ejercer en muchas ciudades del Este de Francia. Consiguió ocultar su primera condena y ser aceptado en el Colegio profesional, con el que se benefició de un relativo reconocimiento profesional, hasta que comenzaron a estallar los escándalos a repetición.

En Jonzac, en el departamento de la Charente-Maritime, en el oeste, una niña de seis años confesó por vez primera, en 2017, que su médico y vecino se exhibía desnudo, abusando de ella físicamente. Tras el primer escándalo siguieron otros. Para culminar en una primera condena a quince años de cárcel, que el médico pedófilo ha continuado cumpliendo en varias prisiones, antes de trasladarse a la ciudad de 60.000 habitantes donde será juzgado durante los próximos meses.

Reconocieron a su médico

La primera condena de prisión, firme, tuvo un efecto publicitario devastador, decenas de familiares reconocieron a su médico de cabecera, Le Scouarnec. Y presentaron denuncias, con decenas y centenares de acusaciones que comenzaron a crecer de manera angustiosa.

Requisados los ordenadores conocidos y ocultos del médico pedófilo, la policía judicial descubrió millares de fotografías y vídeos, de víctimas conocidas y desconocidas; millares de dosieres de víctimas «cuidadosamente» repertoriados y anotados con la precisión de un maníaco sexual peligroso.

Con un «rigor clínico» absoluto y una obsesiones pedófilas inquietantes, Le Scouarnec consagraba dosieres personales a la personalidad y el sexo de sus víctimas, contando por lo menudo los detalles íntimos más turbadores, completados con otros dosieres paralelos contando con semejante «precisión» su comportamiento personal: masturbándose con exhibicionismo; violando a niños y niñas con los dedos, el sexo, juguetes sexuales, utensilios de cocina; contando la historia de sus «descubrimientos», abusos y violación de sus víctimas infantiles…

Delitos prescritos

El estudio y clasificación de esos tortuosos materiales será una de las matrices del proceso que comienza este lunes. Las víctimas han sido identificadas. La violencias y violación de una centenar no serán juzgadas: los delitos han prescrito. Entre los 299 casos que serán juzgados, las víctimas y sus familias se han dividido. Poco más de la mitad no desean que sus testimonios sean públicos, por pudor. La otra mitad ha comenzado por aceptar el testimonio público, en condiciones que la presidenta del Tribunal deberá pactar y negociar, cuando llegue la hora de presentar sus testimonios.

Los primeros diez días del proceso estarán consagrados al interrogatorio y estudio del caso psiquiátrico del acusado. Sus abogados han comenzado por avanzar la tesis de una suerte de «locura transitoria» que habría «desaparecido» tras varios años de cárcel. Otros testimonios psiquiátricos opinan lo contrario. «El acusado sigue siendo fiel a sus obsesiones criminales», han comentado varios psiquiatras.

Por el número de sus víctimas, durante varias décadas, Joël Le Scouarnec comienza a ser considerado como el criminal sexual y pedófilo más inquietante de la historia de las violencias sexuales en Francia. Su caso también tiene otra dimensión inédita: el Colegio Nacional de Médicos también se considera víctima y ha presentado su propia denuncia contra el doctor pedófilo.

A juicio del Colegio, los responsables de la organización administrativa de la medicina también cometieron un fallo trágico, poniendo de manifiesto su incapacidad para «descubrir« y denunciar un caso único en la historia médica nacional

En Vannes, el proceso comenzará con una manifestación de personas directas o indirectamente afectadas por los crímenes sexuales de Le Scouarnec. En París, el Colegio Nacional de médicos ha convocado otra manifestación, paralela, para pedir al gobierno, el Estado, una reflexión global sobre el estatuto de los médicos y la indispensable vigilancia de comportamientos asociales y criminales.

Implicaciones políticas

El caso de Le Scouarnec coincide con otro caso de pedofilia que afecta directamente a François Bayrou, jefe de gobierno, envuelto en un oscuro y sórdido escándalo de pedofilia y violencias sexuales en una escuela donde estuvieron escolarizados sus hijos y su esposa fue profesora de catecismo.

Un centenar de víctimas han presentado querellas contra la dirección del instituto Notre-Dame de Bétharram, situado en la diminuta localidad de Lestelle-Bétharram (800 habitantes), muy cerca de Pau (79.000 habitantes), en la región del Bearn, en el noroeste y la frontera con España, donde Bayrou ha sido una figura política de primer orden, desde hace medio siglo. Según las familias de las víctimas, Bayrou conoció y nunca denunció violaciones pedófilas y violencias sexuales que se sucedieron durante varias décadas. Bayrou desmiente y acusa, a su vez, a los gobiernos socialistas de finales del siglo pasado.

En el caso del Le Scouarnec, se trata de un escándalo de pedofilia «pura». En el caso del instituto de Bétharram, el escándalo pedófilo tiene unas dimensiones políticas inquietantes, que pueden desestabilizar al gobierno. Ambos casos sumen a Francia en una negra pesadilla que desentierra páginas muy oscuras de la historia nacional.

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