«Los jueces han de prepararse. La violencia contra las mujeres está mutando»

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Érika Montañés

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Disiente de aquel barómetro del CIS (y que corroboran otros estudios, sobre todo entre jóvenes varones) que, dicho coloquialmente, mostró que el país estaba «pasándose de frenada» la pasada legislatura con la imposición de medidas para la igualdad entre hombres y mujeres, aunque la vocal del CGPJ mantiene que «las reivindicaciones y los cambios sociales como el feminismo deben hacerse a conciencia, paulatinamente, de manera respetuosa y de forma que propicien relaciones sociales satisfactorias, desde el acercamiento y no por la vía del reproche a la juventud», porque puede «generar conflicto o choque social».

Juez progresista y experta en violencia machista, su nombramiento fue propuesto por el PSOE y acordado tras la entrada de Isabel Perelló como presidenta del Tribunal Supremo y Poder Judicial. Pero la magistrada rehúye la discusión acerca de la ideología de los jueces: lo único –apela– que escora una decisión es su «formación y capacitación».

Erice, pamplonesa de 66 años, coge el testigo de Ángeles Carmona en el Observatorio y si bien no denosta la línea del Consejo anterior, sí reivindica que «la violencia contra la mujer es un fenómeno que está mutando» y tribunales y juzgados deben adaptarse a las formas renovadas de perpetrar los delitos. «Emerge con fuerza la violencia vicaria y ahora es el momento en el que tenemos que disminuir ese número de hijos que sufren agresiones cuya finalidad no es más que causar un daño irreparable a sus madres. Es un tema fundamentalmente preocupante y tenemos que ver cómo podemos reducir ese dato». 2024 arroja la cifra más alta de crímenes desde que hay registros hace once años, 9 niños asesinados. Para la togada, es una violencia «fácil» de cometer porque casi no hay registros, las víctimas son vulnerables y confían en el agresor.

Erice avala que las «medidas que se toman para que aflore la violencia no han sido inútiles, ha emergido mucha y aún queda», por lo que considera esencial la implantación de juzgados de lo Mujer en cada rincón del país. Esto ayuda a que más mujeres denuncien. Le da la razón el primer estudio que acaba de publicar un grupo de economistas en el 'Journal of Public Economics' y que confirma esta idea empíricamente. El aumento de las denuncias cuando se abre un juzgado especializado es de un 28%, colige el trabajo elaborado durante cinco años.

La magistrada de la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra está casada, tiene dos hijos, lleva meses viviendo a caballo entre su tierra y Madrid y en su currículo figura como «la primera» de muchas cosas en la judicatura navarra: fue la primera mujer en acceder en 1989 a la Audiencia Provincial y también en presidirla, entre 2010 y 2021. A la prensa local le confesó una vez cómo pintaba con un bolígrafo la 'a' en la casilla del 'señor' juez que aparecía en los formularios al ingresar en la carrera en 1986 y ejercer después en juzgados de Azpeitia y Tafalla.

Solo ella falló, desde esa Sección Primera que ocupa en el Tribunal Superior, que no correspondía bajar un año de pena al benjamín de La Manada que atacó a una joven en Pamplona, Ángel Boza,aplicándosele la 'ley del sí es sí'. En el nuevo cargo que ostenta aboga ahora por ampliar el campo de análisis del Observatorio a los delitos contra la libertad sexual porque reconoce que solo hay «un trabajo tangencial» sobre este asunto. Asegura a este diario que una vez ya están revisadas las sentencias tras la entrada en vigor de la ley de Irene Montero, «los conflictos entre las dos normas y la aplicación más conveniente para el penado se han minimizado hasta prácticamente desaparecer». «Era un problema puntual y una vez pasada esa situación transitoria la materia decae». Por eso el reloj del CGPJ detuvo la actualización del goteo de rebajas a violadores de resultas de la norma aprobada con Gobierno socialista. No quiere entrar a juzgar la decisión del legislativo, se muestra poco partidaria de mezclar «las esferas política y judicial, con parámetros y principios distintos». «Y tan malo es que se politice la justicia como que se judicialice la política», algo que se hace cada vez más, conviene. «Máximo respeto por las decisiones del legislativo, que es el mismo respeto que pedimos para nosotros», zanja.

Por último, Erice defiende en ABC que va a acabar con una dicotomía bastante incoherente que se da en la actualidad: se pide especialización a los jueces en violencia contra la mujer, pero estos togados denuncian las dificultades que tienen para optar a ascensos a otras instancias como las audiencias provinciales. «Tuvimos conocimiento del escrito hecho por los jueces el pasado febrero al tomar posesión. Lo hemos estudiado y en breve se resolverá este problema que bastante tiempo lleva esperando ya».