Vivir como si Dios existiera
No se trata de restaurar el confesionalismo católico, sino la aportación desde las raíces en la memoria cultural
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Iniciar sesión¿Es posible que a estas alturas de la historia pueda haber sociedades en las que mayoritariamente se viva como si Dios existiera? No me refiero a sociedades en las que supuestamente los ciudadanos asistan masivamente al culto religioso. Por cierto, acaba de hacerse pública ... la Encuesta Mundial de Valores que nos dice cuáles son los países del mundo en los que más se va a misa de entre quienes se confiesan católicos. Para que nos hagamos una idea: Nigeria (94%), Kenia (73 %), Líbano (69 %), Filipinas (56 %), Colombia (54 %), Polonia (52 %) y Ecuador (50 %). Por debajo de la media, España (27 %) y el Reino Unido (25 %). Los niveles más bajos en Alemania (14 %), Canadá (14 %), Suiza (11 %), Brasil (8 %), Francia (8 %) y Países Bajos (7 %).
Me refiero a si existiría alguna diferencia práctica para las sociedades asumir el hecho de que Dios exista o que no, respetando la autonomía de cada cual y el pluralismo. El profesor Ricardo Calleja ha intentado explicar en un libro de Encuentro, presentado también esta semana, con el pensamiento de Joseph Ratzinger al fondo, cómo hacer para que la presencia operativa de Dios no menoscabe la libertad del individuo y no altere las condiciones de libertad en nuestras sociedades.
No se trata de restaurar el confesionalismo católico, ni de que la Iglesia, o Iglesias, ofrezcan repuesta técnicas o políticas concretas a los problemas, ni que tengan una especie de poder de veto en el proceso democrático. Se trata de la aportación en el plano pre-político desde las raíces en la memoria cultural. Eso supondría un compromiso de los creyentes en los asuntos comunes, sin exigir privilegios ni discriminaciones ante el hecho de que las instituciones cada día están más erosionadas en su legitimidad representativa por el emotivismo y la polarización. La incidencia en el plano de la legislación y de las políticas ordinarias, regidas por el principio de mayorías y por la opinión pública, y el anterior de las instituciones y los textos constitucionales, recibiría el eco de la minoría culturalmente creativa.
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