Llega el tiempo de la Iglesia
Se nos ha ido «el Papa de las sorpresas», como muy pronto se le calificó, y ahora vamos a comprobar si estamos en la Iglesia de las sorpresas
Trinidad cardenalicia madrileña
Omella, el hacedor de Papas
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Iniciar sesiónUna vez que el Papa Francisco reposa en la basílica de Santa María la Mayor, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, comienza el tiempo de la Iglesia. De una Iglesia que institucionalmente está en manos del colegio cardenalicio. Se nos ha ido « ... el Papa de las sorpresas», como muy pronto se le calificó, y ahora vamos a comprobar si estamos en la Iglesia de las sorpresas. Recordemos ahora que el cardenal Ángelo Scola dijo de la elección del Papa Francisco que había sido un «benéfico puñetazo que el Espíritu Santo nos ha dado para despertarnos».
La homilía síntesis del pontificado pronunciada por el cardenal Giovanni Battista Re, que algunos han calificado como de trámite, ha reflejado la onda expansiva de las Congregaciones Generales. No es por tanto obra sólo suya. Ha sido el relato de lo que los cardenales quieren también que se asiente en el imaginario de la historia. El cardenal Re tiene en este proceso dos intervenciones destacadas. Esta primera y la de la misa 'Pro eligendo pontifice'. La primera con una perspectiva de dirigirse hacia fuera de la Iglesia, al mundo, también al no creyente, y la segunda hacia dentro. De ahí la insistencia en la fraternidad universal, en la necesidad de recordar a los líderes del mundo, allí presentes, que «la guerra siempre deja al mundo peor que antes: siempre es una derrota dolorosa y trágica para todos». El cardenal Re, con muchos años de vuelo, es muy consciente de que cualquier palabra suya va a ser analizada con lupa. Por ejemplo, que haya destacado la popularidad de Francisco y «la impronta de la fuerte personalidad de Bergoglio en el gobierno de la Iglesia» no es un dato menor.
Estamos ya en el tiempo de la Iglesia. Lo que significa centrarse ahora no en la persona y personalidad de un papa que desconocemos, sino en la institución que representa, el primado de Pedro. Se abre un tiempo en el que el futuro de la Iglesia y la obligada configuración del primado de Pedro se juega en la relación entre la institución y la conciencia de los cardenales. Una relación que, por cierto, está sometida a la presión de los medios de comunicación que empieza a pesar mucho a los cardenales, según cuentan. Una conciencia, la de los cardenales, entre la geopolítica y lo que parece que vuelve a estar en boga, la geodoctrina.
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