León XIV apuesta a fondo por España

La impresión, también por el alto perfil que tiene el nuncio, un primer espada de la diplomacia vaticana, es que León XIV apuesta a fondo por España. No descartemos que lo haga también para poder explicarse nuestras inexplicables idiosincrasias. En el reciente primer viaje a Turquía y al Líbano, preguntado si viajaría a España, el Papa dijo, con la prudencia que le caracteriza, que «podéis tener más que esperanza». Que España pase a ser uno de los primeros destinos del Papa, y que la gestión de esta visita sea una de las primeras misiones del nuevo nuncio, implica una especial predilección del Pontífice por nuestro país. Un viaje que tendrá que tomar forma y sobre el que convergen no pocos intereses, también de procesos internos en la Iglesia.

Para que el Papa venga a España se presupone la implicación del Jefe del Estado, del Gobierno y, por supuesto, de la Conferencia Episcopal ahora reforzada por el liderazgo de monseñor Argüello. La estabilidad en la jefatura del Estado y en la Conferencia Episcopal apuntalan la propuesta. A la hora de determinar las fechas y los destinos, hay variables que no facilitan las decisiones, por ejemplo la permanente percepción de inestabilidad de Pedro Sánchez. León XIV vendría a España para confirmar la fe, y quizá a ratificar tendencias de consolidación religiosa de determinados estratos sociales, por ejemplo los jóvenes. Que Pedro Sánchez aguante en La Moncloa también hasta que pueda salir en la foto como anfitrión del Papa no es una quimera.