Joaquín Goyache, rector y candidato: «Si gana mi oponente, Podemos también tomará el poder de la Complutense»

El actual rector de la universidad madrileña se mide en segunda vuelta con la decana de Políticas, Esther del Campo, tras hacer esta un pacto con la derecha para lograr el control del campus

La candidata próxima a Pablo Iglesias pacta 'in extremis' con la derecha para hacerse con el rectorado de la Complutense

El rector de la Complutense, Joaquín Goyache, se presenta a la reelección este martes efe

Joaquín Goyache lleva cuatro años al frente de la Universidad Complutense de Madrid. Le tocó lidiar con la pandemia, que puso totalmente a prueba al ámbito educativo; con la crisis económica vinculada a la energética; con la llegada de estudiantes ucranianos ... buscando refugio y formación; con el cambio de ministro de Universidades y también de ley, después de 22 años de vigencia de la anterior. Y aunque todo lo anterior sea mucho más relevante, el jarro de agua fría parece haberle caído a Goyache el pasado jueves.

Ese día se materializaba un acuerdo conformado, entre otros, por tres de los candidatos al rectorado que perdieron en primera vuelta y que se unían a Esther del Campo, actual decana de Políticas, y con quien Goyache se medirá el martes en segunda vuelta por el rectorado de la universidad. Lo más doloroso y alucinante de ese acuerdo era el apoyo a la candidata próxima a Pablo Iglesias por parte del candidato fallido de la derecha, Iñaki López. Este había sido vicerrector con Goyache hasta que decidió marcharse para competir contra él por el rectorado.

Cuando conoció esa unión de fuerzas, Goyache confesó verse perdedor, algo que ya no le ocurre: «Tenemos muchas posibilidades de ganar; la comunidad complutense será inteligente, elegirá al mejor gestor, no a una unión de intereses personales».

—¿Cómo se ve de cara a las elecciones de mañana?

—Estamos convencidos de que tenemos muchas posibilidades de ganar; estará ajustado pero creemos que la comunidad complutense sabrá diferenciar entre posicionamientos personales y programas en beneficio de la universidad.

—¿Esther del Campo tiene un posicionamiento personal?

—La alianza de candidaturas que surge del nuevo acuerdo parece más bien un reparto de sillones que una propuesta de universidad académica.

—Pero ese acuerdo también tenía muchas propuestas...

—Son las que habríamos firmado todos; esas propuestas están en los programas de los ocho candidatos de primera vuelta y, por lo tanto, no aportan nada nuevo.

—¿De verdad cree que tiene opciones después de la alianza de cuatro candidatos contra usted?

—Sí, lo creo de verdad. Siempre me vi ganador, solo dudé el día del acuerdo pero enseguida comprendí que no me iba a perjudicar. Me da igual si son cuatro, ocho o quince candidatos unidos: la comunidad complutense será inteligente, elegirá al mejor gestor, no a una unión de intereses personales.

—¿Por qué habría que votarlo a usted?

—Tengo la experiencia de un mandato de cuatro años en momentos difíciles como la pandemia o la crisis energética. Con todo, hemos modernizado la universidad. Estamos preparados para asumir los retos de los próximos años: la adaptación de la universidad a la nueva ley de Universidades, con el cambio de estatutos, estabilización de personal y proyección internacional del campus; así como para la estabilización y promoción de las plantillas, y la implicación del estudiantado en todas las acciones de la universidad: desde la participación en la gestión hasta el sentimiento de pertenencia a la misma…

—¿Qué opina de lo que hizo Iñaki López?

—Es incomprensible conociendo su ideología y creencias. Se ha unido a una candidatura con un posicionamiento político radicalmente opuesto al suyo.

—¿Habló con él?

—Le llamé cuando gané la segunda vuelta para felicitarle por la campaña, como hice con Esther y el resto de candidatos.

—¿Le pidió entonces su apoyo?

—No.

—¿Le molestó que se haya ido de su equipo para presentarse a rector?

—No, para nada, pero si tenía aspiraciones debería haberlo hecho con más antelación; creo que no puede renegar del trabajo que hizo conmigo durante 3 años y medio.

—Ahora Esther del Campo le prometió a López el mismo sillón que tenía con usted: vicerrector de Política Económica...

—Hay una cantidad de egos en ese acuerdo que no caben en el universo. Dejó un vicerrectorado con el que ha trabajado durate años para ocupar el mismo puesto con una candidata con la que no comparte ningún posicionamiento académico.

—¿La llegada al poder de Esther del Campo al rectorado será también la de Podemos?

—Sí, ella se ha vinculado durante muchos años con este partido. Me da igual cuál sea, en este caso se ha posicionado claramente al lado de Podemos y el temor que tenemos es que la universidad se politice.

—¿Cree va a multiplicarse la cancelación de actos de asociaciones como S'ha Acabat! y Libertad sin Ira que acusaron a del Campo de «censura» por impedir un acto por las víctimas de ETA o a favor de Leopoldo López?

—Sí, sin duda. Habrá más presión, boicot y discriminación a ideas diferentes a la candidata.

—¿Qué opina del posicionamiento ideológico que permite la nueva ley de Universidades?

—Todos los rectores están en contra de que una universidad pública se pueda posicionar sobre temas de especial trascendencia. Una universidad pública debe ser un foro de creación de conocimiento, de debate, de creación de ciencia, pero tiene que estar al margen del posicionamiento político.

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