Jack Sweeney, el rastreador de jets privados que ha puesto en jaque a Taylor Swift y Elon Musk

Javier Palomo

Madrid

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07/02/2024
Actualizado 08/02/2024 a las 05:41h.

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A los famosos no les gusta Jack Sweeney. Este joven norteamericano, de tan solo veinte años, se dedica a rastrear, mediante un programa informático, las rutas aéreas que realizan aviones y helicópteros de multimillonarios. Como si de un Robin Hood del medio ambiente se tratase, lleva varios años denunciando a través de X (antes Twitter) la contaminación que generan estos desplazamientos que, en muchas ocasiones, son innecesarios o carecen de la importancia necesaria para que justificar el impacto ecológico. Ya tuvo varios encontronazos con Elon Musk, y ahora le ha tocado enfrentarse con la cantante que ya ha superado a Sinatra en los Grammy.

Esta semana, Sweeney ha vuelto a saltar a la palestra tras hacerse público que el equipo de abogados de la cantante Taylor Swift han amenazado al chico con tomar acciones legales si no cesaba la difusión de los vuelos privados que realiza. «Sus cuentas están causando en Swift y su familia un daño directo e irreparable, además de angustia emocional y física», aseguraba el equipo legal de la cantante para 'The Washington Post'. Por su parte, el chaval salió a defenderse comentando que no tiene ninguna intención de dañarla, y a pesar de que piensa que Swift tiene «buenas canciones», sopesa más su creencia en «la transparencia y en la difusión de la información pública».

De acuerdo con una entrevista que el entonces estudiante universitario ofreció al 'Tampa Bay Times', el padre de Sweeney —que trabajó como técnico aéreo de American Airlines— le enseñó de pequeño cómo rastrear vuelos mediante bases de datos e información que eran de acceso público. En ese momento, el chico que apenas acababa de empezar a estudiar programación en la Universidad de Florida, utilizaba de vez en cuando estos conocimientos para saber cuándo su padre iba a volver a casa del trabajo.

Desde bien joven ya apuntaba manera como todo un genio para las bases de datos y los sistemas informáticos. Por ejemplo, en la secundaria aprendió a codificar e instaló una antena en el techo de la casa de sus padres donde podía rastrear las trayectorias de cada avión que se encontrase en un radio de varios kilómetros. Pero sus habilidades saltaron a la fama cuando inició una de sus cuentas más famosas: @elonjet.

Aquí rastreaba, en tiempo real, el uso que hacia de sus jets privados el multimillonario dueño de Tesla. Usaba datos de vuelos disponibles públicamente así como un 'bot' para informar sobre los vuelos del ahora dueño de X: dónde despegó, cuándo y donde aterrizó.

Los seguidores subieron como la espuma, a la vez que se sumaban miles de comentarios que criticaban los vuelos de Musk por agravar el cambio climático. A finales de 2021 el propio Elon Musk le envió un mensaje privado al estudiante para pedirle que eliminara la cuenta porque era «un riesgo para la seguridad». Incluso, según afirma el propio Sweeney , el magnate llegó a enviarle un mensaje directo donde le ofrecía cinco mil dólares para que cerrara la cuenta.

El soborno no hizo mella en el joven, y finalmente el millonario recurrió a cambiar las políticas de X específicamente para eliminar la cuenta del chaval. Pero sus esfuerzos han sido en vano, porque bajo otro usuario y junto a su cuenta oficial, Sweeney sigue publicando los vuelos de Musk y de otros famosos como Kylie Jenner o Cristiano Ronaldo. Su labor ha tenido tal impacto que muchos usuarios declaran a estos famosos como 'criminales medioambientales' por utilizar sus jets privados para, por ejemplo, viajes que apenas duraban 15 minutos.

Con el caso de Taylor Swift, Elon Musk no ha perdido la oportunidad de volver a atacar a Sweeney, publicando un mensaje en X donde expresa que el chico «es un ser humano horrible. Taylor Swift tiene razón en estar preocupada«.

Para los curiosos, desde hace años Sweeney reúne todo el contenido que recoge en su página web ADS-B Exchange. Este sitio no recibe datos de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, por lo que no está sujeto a sus reglas y son de uso libre. Por lo pronto, el joven no tiene pinta de que vaya a cesar sus acciones, por mucha presión que ejerzan los abogados de Taylor Swift. Es más, en su última publicación ha compartido los documentos de venta de uno de los aviones de la cantante.