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Israel reanuda sus buenas relaciones con el Vaticano tras la crisis con Francisco

Tel Aviv cree que León XIV recuperará el diálogo que impulsó el Concilio Vaticano II

El Vaticano, el escenario donde se abordan las crisis políticas

El Papa León XIV saluda al presidente de Israel, Isaac Herzog, tras la misa del inicio de su pontificado en el Vaticano EFE

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Israel considera que lo sucedido en los últimos meses con el Vaticano «ha sido un episodio pasajero» y ha decidido reanudar sus buenas relaciones con la Iglesia católica con la llegada de León XIV. El nuevo pontífice, como hiciera Francisco, no ha dejado de manifestar su honda preocupación por la guerra en Gaza, y la muerte de decenas de miles de civiles inocentes. Pero también ha expresado su deseo de que Hamás ponga ya en libertad a los rehenes israelíes. Las autoridades hebreas, según recoge la prensa israelí, están convencidas de que León XIV «tendrá una visión más equitativa de la crisis» en Gaza, y una concepción amplia de las relaciones de judíos y católicos .

La decisión de Tel Aviv se materializó de entrada con la delegación enviada este domingo a la misa de inauguración del nuevo pontificado, presidida por el jefe de Estado de Israel, Isaac Herzog. La delegación israelí será recibida hoy de nuevo por el Papa, junto con otras misiones extranjeras.

Atrás queda -al menos así lo estima la prensa israelí- el enfrentamiento de los últimos meses, después de que el Papa Francisco llegase a juzgar de «genocidio» la operación militar israelí en la Franja de Gaza. La anécdota que sirvió de colofón, poco antes de la muerte del Pontífice, fue su decisión de que el papamóvil se reciclase como ambulancia y fuera enviado a Gaza. Israel respondió con el silencio. No hubo representación de Israel en los funerales -más allá del embajador ante el Vaticano- y los medios israelíes dieron la muerte de Francisco como un suelto.

El episodio ha servido para refrescar los avances conseguidos en el último siglo en las relaciones entre las dos religiones bíblicas, más allá de los acontecimientos en Gaza y la decisiones del Gobierno de Netanyahu. Pese a las críticas del sector ultraortodoxo hebreo («el Papa Francisco dio alas al antisemitismo»), las cosas están más que claras en el mundo católico. En particular desde que en 1937 el Papa condenó expresamente «la incitación al odio, la discriminación o la violencia contra el pueblo judío» en pleno auge del nazismo.

La posición católica quedó esculpida con el documento 'Nostra Aetate' del Concilio Vaticano II (1962-1965), en el que la Iglesia rechazó el concepto de que existe una «culpa colectiva del pueblo judío» por la muerte de Jesús. El diálogo entre católicos y judíos se ha asentado desde entonces en la convicción de que -como afirmaba Pío XI- «espiritualmente todos los cristianos somos semitas». San Agustín, fundador de la orden del Papa León XIV, estableció la doctrina de que era conveniente «mantener a los judíos dentro de los reinos cristianos, porque son portadores fehacientes de la promesa que en Cristo se ha cumplido».

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