¿Eres un 'íncel' o un 'pick up artist'? La jerga misógina que se usa entre los jóvenes en internet

«El estigma de puta para ellas, cuando tienen muchas relaciones íntimas, y el estigma de maricón para ellos, cuando se pintan las uñas o ven que no hay problema en hacerlo o cuando se muestran más afeminados permanecen» a pesar de la evolución de los tiempos, subraya la investigadora Nerea Boneta Sádaba.

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Érika Montañés

Un trabajo sociológico en un instituto de Madrid saca a relucir que el feminismo extremo está provocando justo el efecto contrario al que defiende. Los varones se sienten criminalizados, víctimas sin presunción de inocencia

Basten como muestras, dentro de ese nuevo lenguaje virtual tan singular, que unos jóvenes se refugien entre los 'incel o íncel', que es un anglicismo acrónimo de célibe involuntario o 'involuntary celibate'. El término está en todas partes en esa telaraña de foros juveniles para aludir a los varones que se sienten frustrados por su falta de experiencias sexuales. O bien, están los opuestos, los llamados 'pick up artist' (artistas del ligue) que son varones «expertos» en atraer y seducir al sexo femenino y que se ven capacitados para aleccionar al resto sin que se tenga en cuenta la voluntad de la mujer en ningún momento.

Un informe sobre la manosfera del Centro Reina Sofía en el que participó el profesor de Sociología de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Jorge García Marín abordó directamente estas fuentes de las que beben las nuevas generaciones y la incidencia en su forma de pensar. «Generan en los chavales la necesidad de recuperar la supremacía masculina. Hay toda una cultura que se trabaja en estos espacios de las redes y que va socializando el odio hacia el feminismo, que va permeando entre ellos. Cualquier adolescente tiene acceso a las tecnologías y este es un campo de encuentro muy potente y eficaz para que proliferen este tipo de narrativas».

Cristina Sanjuan, experta en prevención de la violencia contra la infancia de Save The Children, alerta de dos fenómenos que van parejos. Por un lado, la falta de percepción de la violencia de género entre los jóvenes tanto hacia víctimas como agresores. «Siguen viéndolo como algo del mundo adulto, de mujeres casadas», remarca. Al mismo tiempo, se dispara la violencia psicológica y de control entre jóvenes y sobre todo, la violencia online. La solución, que expone también la psicóloga Bárbara Zorrilla, pasa por buscar referentes positivos de las nuevas masculinidades.