La Iglesia italiana recibe 89 denuncias de abusos en dos años y analizará las 600 que ha investigado el Vaticano desde el 2000
Presenta su primer informe sobre las medidas contra los abusos
Corresponsal en el Vaticano
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn los últimos dos años, los obispos italianos han recibido en sus «centros de escucha» acusaciones de abuso a 89 personas. La mayoría de esta víctimas son menores de edad. Lo explican en el primer informe nacional que publican sobre qué hacen ... para combatir los abusos a menores en la Iglesia en el país transalpino.
«Es la primera fotografía de lo que estamos haciendo. Este es el principio. Queremos llevar luz al pasado, paro trabajar en la prevención y que no suceda en el futuro», explica Lorenzo Ghizzoni, el obispo que preside el «Servicio Nacional de Protección de Menores y Personas Vulnerables».
El informe es parcial, pues se refiere sólo a las víctimas que han contactado a la Iglesia en los últimos dos años. De hecho, el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, Giuseppe Baturi ha reconocido que en los últimos 20 años, el dicasterio para la Doctrina de la Fe ha abierto 613 expedientes de supuestos abusos cometidos en Italia.
«La Iglesia italiana hará una investigación sobre esos expedientes, que será la primera de este tipo en el mundo», aseguró Baturi, quien pidió prudencia con la cifra, pues podría tratarse tanto de denuncias archivadas como de abusadores en serie. «El número de abusos podría ser mayor o menor», avisó.
En cualquier caso, la fotografía de estos dos años, aporta datos muy significativos sobre los casos de abuso en Italia. Según el informe, que recoge datos de menos de tres cuartos de las diócesis italianas—pues solo un 70% han abierto estos centros—, «los casos denunciados (en estos centros) entre 2020 y 2021 afectan a 89 personas, de las cuales 61 en el grupo de edad de 10 a 18 años, 16 mayores de 18 años (adultos vulnerables) y 12 menores de 10 años». «Casi un 53% de los casos son recientes o actuales, y el 47%, fueron cometidos en el pasado», añade.
Los 89 casos se reconducen a 68 abusadores, que en más de la mitad de los casos tenían «entre 40 y 60 años en el momento de los hechos». De ellos, 30 eran sacerdotes, 23 laicos y 15 religiosos. Los laicos eran el «profesor de religión, sacristán, monitor del oratorio, responsable de una asociación». Un tercio de los abusos se cometieron en una parroquia, pero también en la sede de alguna asociación o en una casa de formación o seminario.
La mayoría de los casos se refieren a «'comportamiento y lenguaje inapropiados' (24); 'tocamientos' (21); 'acoso sexual' (13); 'relaciones sexuales' (9); 'exhibición de pornografía' (4); 'captación por Internet' (3); y 'exhibicionismo' (2)».
Como resultado de las señalaciones se tomaron «medidas disciplinarias» inmediatas, se dio paso a una «investigación previa» o se transmitieron «al Dicasterio para la Doctrina de la Fe». «Además, invitamos a las personas que vienen a denunciarlos también ante la Policía, y si los padres de un menor no quieren hacerlo, les pedimos que lo digan por escrito. Si hay riesgo para otros menores, denunciamos en cualquier caso», subrayó monseñor Ghizzoni.
Entre las acciones de ayuda a las víctimas, estos centros de la Iglesia «proporcionan información y actualización sobre el proceso canónico contra el abusador (43,9%), organizan reuniones con el obispo (24,6%), ofrecen apoyo psicoterapéutico (14,0%) y acompañamiento espiritual (12,3%)». Asimismo, «a los presuntos agresores se les ofrecen vías de reparación, de responsabilidad y de conversión, incluido el internamiento en comunidades especializadas», asegura el informe.
Más de la mitad de las personas que en estos dos años han contactado a estos centros diocesanos son mujeres, un 54,7%. «El contacto se realizó principalmente por teléfono (55,2%) o, a través de correo electrónico (28,1%). El motivo era denunciar el hecho a la autoridad (53,1%), solicitar información (20,8%) y asesoramiento especializado (15,6%)».
MÁS INFORMACIÓN
Este viernes en todas las diócesis italianas habrá una jornada de oración por las víctimas y supervivientes. Lorenzo Ghizzoni recordó que se trata de «rezar, pero también de sensibilizar». «Sin duda, ayudará a hablar a quienes no quieren reabrir esta herida que tanto les ha humillado», aseguró.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete